Un gran número de enfermedades degenerativas, como el alzhéimer o el párkinson, pueden estar causadas por defectos en el plegamiento de proteínas. Es la principal conclusión del artículo de los investigadores William A. Eaton y Víctor Muñoz, y que el Instituto Roche respaldaba en su web.
Bajo el título ‘Impacto de las simulaciones atomísticas de dinámica molecular en el estudio del plegamiento de proteínas: la perspectiva del científico experimental’, los también galardonados con el Premio Nobel de Química 2013 describen la trascendencia de un proceso (el plegamiento de proteínas) que viene dictado por la secuencia de aminoácidos que forma su cadena polipeptídica, la cual a su vez viene determinada por la información codificada en el gen correspondiente.
Como explica Muñoz, “mientras que el código genético se conoce desde los años sesenta, la comprensión de la segunda parte de este código (por la cual la información lineal de la secuencia de aminoácidos se transforma en una estructura tridimensional y ejerce una función biológica) está todavía lejos de alcanzar ese nivel de conocimiento”.
El reto de recabar la información escrita de los genomas
Recabar esa información supone un gran reto, dado que “es esta segunda parte del código genético la que nos permitiría leer en profundidad la información escrita en los genomas, así como desarrollar una ingeniería biomolecular avanzada en la que fuera posible diseñar a la carta secuencias de proteínas con funciones biológicas nuevas o mejoradas”, destaca el investigador español, quien asegura que un gran número de enfermedades degenerativas de creciente impacto socioeconómico en los países avanzados, como son entre otras el alzhéimer, el párkinson y la corea de Huntington, parecen ser causadas por defectos en el plegamiento de proteínas que las lleva a formar estructuras aberrantes de carácter tóxico para la célula.
No obstante, gracias a los desarrollos tecnológicos de la última década ha sido posible por primera vez solapar las escalas temporales de experimentos y simulaciones, lo cual ha permitido compararlos directamente y vislumbrar por fin el principio de la solución a la segunda parte del código genético, tal y como se describe en detalle en este artículo.
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