15 puntos clave para cuidar a un enfermo de Alzheimer
Seguir una rutina diaria. Asegurarse de que haya muchos objetos familiares alrededor. Objetos que les traigan buenos recuerdos.
Mantenerse siempre al tanto de dónde está el paciente y de su seguridad. Un método que algunas familias usan para prevenir que el paciente se extravíe es poner campanas a todas las puertas que den al exterior, cerrojos, usar un reloj gps o cualquier otro método localizador inmediato.
Asegurar que el paciente coma adecuadamente a sus necesidades y beba la cantidad de líquidos necesaria.
Ayudar al paciente a que se mantenga los más independiente posible por el mayor tiempo posible. No infantilizar. Intentar que se valga por si mismo y si no puede, invitarle sutilmente a hacerlo.
Proporcionar oportunidades para que el paciente haga ejercicios regularmente y no se olvide de la recreación. Hacer cosas nuevas puede ayudarle a mantener el cerebro en forma.
Seguir relacionándose con los amigos y la familia. Que lea el periódico, (si no, se lo podemos leer nosotros). Que acuda a misa (mezquita, sinagoga, etc) y rece a diario si lo ha hecho toda la vida. En caso de no poder hacerlo, le debemos ayudar o hacerlo nosotros junto a ellos.. por ejemplo a la hora de dormir.
Emplear ayudas escritas para la memoria como calendarios y grandes relojes, listas de las tareas diarias, recordatorios acerca de las rutinas o medidas de seguridad e identificando las etiquetas en los objetos que pueden olvidarse. Es importante que, desde que se empiezan a mostrar más despistados de lo normal, colocar carteles en la puerta del baño, cocina, etc, indicando en qué habitación de la casa de encuentran.
Asegurarse que el paciente se haga chequeos regulares. Un seguimiento de otras patologías, puede mejorar su calidad de vida futura como enfermo de alzhéimer en fases más graves de la enfermedad.
Planificar necesidades futuras como la atención en Centros de Día y el ingreso en una Residencia, cuestiones legales, etc., etc.
Dar mucho apoyo emocional al paciente y a todos los prestadores de asistencia. No le regañes, si no puede llevar a cabo algo, intenta ayudarle, pero no le obligues ni mucho menos le digas que lo ha hecho mal y ese tipo de frases.
Asegurarse que el paciente tome los medicamentos regularmente, si se prescriben.
Asociarse a un grupo de apoyo para los miembros de la familia. Las asociaciones son de gran ayuda, tanto para el enfermo como para los cuidadores principales. Infórmate de la AFA más cercana y acude cuanto antes. Esto puede marcar la diferencia y proporcionar calidad de vida a ambos, cuidador y enfermo.
Pedir ayuda con las finanzas, arreglos legales, asesoramiento diario, temas emocionales, atención de reposo o arreglos del hogar para convalecientes cuando se necesite. Hay que planificar el futuro antes de que sea demasiado tarde.
Revisar el hogar en cuestiones de medidas de seguridad, como barras en la pared cerca de la taza del baño y la bañera, luces nocturnas en los pasillos y en las escaleras, alfombras no resbaladizas, etc., etc. La seguridad es lo primero.
Asegurarse que todos los profesionales sanitarios tengan una lista completa de todas las recetas y todos los medicamentos sin receta del paciente.
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Con información de todoalzheimer.com
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