Carta a mi Madrecita en el Día de mi 58 Cumpleaños
Mamita preciosa, estoy leyendo una carta que escribe un hijo a su mamá que tiene la enfermedad que tú tienes, me ha movido mucho mi ser. Yo también quiero decirte que te amo, sé que no lo parece y que si alguien escucha que te amo con toda mi vida, tal vez dirían que es mentira, pero no importa lo que puedan decir. Esta carta es para ti, aunque tal vez no la comprendas. Pero deseo hacerlo desde el fondo de mi corazón. Te he escrito muchas veces y sé que cada vez estás más lejos de comprenderlas, aunque conservo la esperanza de que tal vez sí las entiendas.
No te imaginas lo que me ha significado el verte, no solo envejecer, sino verte como te vas apagando en tus recuerdos y en todo lo que tú eras, ver como se ha ido extinguiendo todo lo que yo amaba y admiraba en ti. La mujer fuerte, trabajadora, valiente, sincera, humana, entregada, cariñosa…, siempre presta a las necesidades de los demás, familia, vecinos, conocidos, y también desconocidos. No tenías límites; hiciste tanto por los demás, y ahora? no están…, estás casi sola y sin recuerdos, es como si esa terrible enfermedad se llevara todo, y los demás se contagiaran, sólo conservas la ilusión de que “ahorita van a llegar” y por eso no te quieres acostar ni quitar del sillón donde esperas inútilmente la presencia de “no sé quién”, e ignoro si tú lo sabes.
Me duele infinitamente esta situación, la bebo a sorbos en el día a día y me mina la vida, la alegría, las ganas de vivir. No sabes cómo me haces falta, como te necesito, como me siento perdida sin ti; perdí a mi mejor amiga, que peleábamos y seguimos haciéndolo, cierto, pero el amor que hemos vivido durante estos 58 años que hoy cumplo, está metido en mis recuerdos y mi alma, recuerdos que no se si algún día se me pierdan al igual que a ti.
No sabes las ganas que tengo de haber nacido como tú, con tu energía, tu valentía, tu capacidad para vivir la vida, estuviera como fuera, siempre saliste adelante en todas y cada una de las etapas de tu vida, las cuales no siempre fueron buenas, pero siempre lo lograste, desearía que en este cumpleaños, una varita mágica me convidara un poquito de lo que tú eras, lo necesito tanto que a veces siento que ya no puedo, que no voy a poder hasta el final, pero sé que tengo que ser fuerte y estar a tu lado hasta ese día, ese día al cual le temo como una niña pequeña le puede temer a la oscuridad.
El haber estado con mi papacito hasta el último respiro de su vida, me dejó una gran sensación; haberlo acompañado fue algo grandioso y se lo agradezco a Papá Dios infinitamente. Tenía un miedo atroz cuando pensaba en ese momento y más aún pensar que sucedería cuando yo no estuviera a su lado, pero a pesar de todos mis errores, Dios es muy misericordioso y me mostró una vez más su infinito amor, dándome su manita mientras pasaba por este trance y permitiéndome estar en ese instante al lado de mi papito. Le pido con toda mi vida que me lo conceda para cuando llegue ese momento contigo.
Madrecita, no sé por qué existe esta enfermedad que tú y muchas personas tienen, es como ir muriendo en vida, es como irse despidiendo de la vida día a día y yo también muero cada día que te veo.
Tampoco entiendo por qué estamos solas en esta situación, desde ya hace algunos años; ¿dónde están las personas que nos pudieran aliviar un poco el Alma?… con sus palabras, con su presencia, con su solidaridad. Siento que la enfermedad se lleva recuerdos, pensamientos, personas… A veces pienso que tal vez les duela verte en ese estado y lo entiendo, pero también a veces pienso, que sería todo menos difícil. En fin mamita, como dijo el Doctor Uciel: “Así nos tocó Vivir”.
Papá Dios, te hago presente a mi madrecita, ilumínale su entendimiento para que no navegue en oscuridad, protégela y bendícela siempre. Para mi hija y para mí te suplico nos bendigas y nos fortalezcas, no nos desampares.
Gracias infinitas.
P.D. Cuando cumplí 50 años, fui con mi mamá a México y visitamos el lugar donde nací, imagino… que en alguno de esos cuartos que se observan, me tuvo entre sus brazos, me amamantó y me amó. Le dije: Mira, hace 50 años que no estábamos aquí juntas, me dijo: ¿Si, verdad? Ya son muchos años y seguimos juntas. Espero en Dios nos siga permitiendo estar juntas hasta el último día de nuestras vidas.
Gracias mamita por compartirme tu vida, toda mi vida. Te amo.
patyg13 dice
He leído tu carta, dedicada a tu madre en tu 58 aniversario…..Sabes? Me sentí tan reflejada en ella, me llego hasta lo mas profundo de mi ser ya que, has de cuenta que estoy leyendo mi vida tal cual….No pude contener las lagrimas, es tan triste, porque como tu dices los vemos morir día a día y eso es horrible….Y así como tu, también yo estaré hasta el final con mi madre que tanto amo
Ana Bertha Hernández Santos dice
Patyg13 Estoy leyendo tu comentario en este momento. Se me han removido muchas cosas. Esta carta la escribí en 2016, estoy por cumplir 60, la gran y triste diferencia es que mamita ya no está conmigo, hace 3 meses que partió, dejándome triste y con un vacío inmenso, espero en Dios algún día sentirme diferente, se lo pediré en mi 60 aniversario.
Gracias por tus palabras, deseo tu mamita esté contigo y se encuentre estable. Papá Dios me permitió estar al lado de mi mamita hasta su último suspiro, al igual que con papito; es extraño, pero eso te deja una gran sensación.
Recibe un gran abrazo y que este 2018, sea menos difícil para todo el mundo.
Ana Bertha