El Alzheimer nos ha robado a otra víctima más de las muchas que se lleva a diario
Después de 17 años de lucha diaria contra dicha enfermedad, Manoli, nos ha dejado.
[easy-tweet tweet=»El #Alzheimer pudo hacerle olvidar quién era pero nosotros siempre la recordaremos. » user=»AlzUniversal» template=»light»]
Desde Alzheimer Universal y todo el equipo que lo formamos, nos unimos al dolor de Mary Carmen Porres, hija de Manoli y una de las grandes y principales activistas del movimiento de las personas cuidadoras en redes sociales e importante referente dentro de este ‘mundillo’ en lo que a difusión de información sobre la enfermedad de Alzheimer y otras demencias se refiere. Mary Carmen siempre ha cuidado de todos nosotros. Ahora toca que nosotros cuidemos de ella.
No sólo hacemos nuestro su duelo por haber sido y ser una increíble amiga y precioso ser humano, también lo hacemos por el amor que profesamos hacia nuestra hermana, compañera y colaboradora de esta web desde que fue creada. Aún ocupándose a jornada completa de sus padres afectados de Alzheimer, siempre encontraba tiempo para tenderle una mano a los demás. Ahora toca que nosotros le tendamos las nuestras.
Nos unimos en estos duros y complicados momentos a esa gran enfermera del Hospital Universitario Clinico San Carlos de Madrid que lo dejó todo para trasladarse a Chile (donde vivían sus padres) para luchar incansablemente 24 horas al día contra el olvido y deterioro cognitivo imparable de ambos, durante 17 largos años llenos de luces y sombras.
Deseamos destacar la excepcional calidez y calidad humana de Mary Carmen, que constantemente ha hecho presente en diversos grupos, páginas y plataformas en redes sociales que conforman las familias de Alzheimer Universal y Diario De Un Cuidador, ofreciendo su cariño a los demás cuidadores sin perder el optimismo, la fuerza y la sonrisa: buscando, filtrando y compartiendo las últimas y más útiles noticias sobre el Alzheimer y otras demencias desde los más importantes medios sobre el tema, animando a otros cuidadores en sus luchas personales contra ese cruel y devastador enemigo común, mientras ella acarreaba en silencio la pérdida en vida progresiva de sus padres que, con el imparable avance de su patología y poco a poco, terminaron por convertirse en sus hijos.
«Aunque nada pueda hacer volver la hora del esplendor en la hierba, no debemos afligirnos; encontraremos fuerza en el recuerdo»
(W.Wordsworth)
Sabe que cuenta con nuestro apoyo más absoluto. Le tendemos nuestras manos como ella siempre ha hecho con cada una y uno de nosotras y nosotros. Le ofrecemos, como no podría ser de otra manera, cada gota de nuestro amor a esa cuidadora valiente, como todas aquellas y todos aquellos que cuidan, que ha estado hasta el fin en primera línea de esa guerra que sabemos desde el principio que no ganaremos pero de la que siempre se aprenden grandes lecciones, (ese humanismo que tanto echamos de menos en algunas profesiones), día y noche velando por la calidad de vida tanto de sus personas más queridas como también de la de muchos de nosotros y que con una enorme sabiduría y profesionalidad se ha encargado de hacer visible ante los ojos de los profesionales de la sanidad, la importancia de que tanto afectados como cuidadores tengan una buena calidad de vida.
Nuestro cariño y abrazo más fuerte a esa incansable luchadora, como lo son todos quienes cuidan, que ha sufrido y vivido en primera persona todas las etapas por las que este maldito ladrón de recuerdos nos hace pasar a cuidadores, familiares y enfermos, poniendo patas arriba toda su vida personal y profesional por completo.
No sólo nos unimos al dolor de una cuidadora más que ha llegado al final de su camino como tal, a una “alztivista”. También nos unimos a esa hermana que siempre ha estado ahí cuando necesitamos un consejo personal o profesional y que nos ha ofrecido miles de veces su hombro para llorar sobre él. Nos unimos al duelo que está pasando porque nos abre heridas que parecían cerradas pero que permanecen allí y nunca acabarán de cerrarse. Porque sabemos que, tarde o temprano, alguno de nosotros ocupará ese lugar y experimentará los mil y un sentimientos que ahora se acumulan en su interior. Y sabemos lo doloroso que es porque algunos de nosotros ya hemos pasado por ello y somos conscientes de lo que representan y conllevan esas pérdidas.
Para ella, para Manoli, para todos los enfermos de Alzheimer, sus cuidadores y ex cuidadores, nuestro más sentido pésame. Tus lágrimas son las nuestras. Quédate con lo bonito, transforma lo negativo en un aprendizaje, que tú sabes de eso, y vive sabiendo que tus padres ya están juntos, que no sufren y que están orgullosos de su preciosa y bondadosa hija. Gracias por cuidar, gracias por cuidarnos y gracias por ser como eres. Después de una década juntos dentro de poco podremos conocernos en persona y darte ese beso y abrazo que tanto tiempo llevamos queriendo darte. La muerte no es el fin. Es el principio de un nuevo renacer.
Gracias maestra. Un día, cuando estés preparada, alzaremos juntos copas de champán hacia el cielo y brindaremos por nuestros seres queridos que ya se conocen y desde arriba y con el guiño de una estrella parpadeante, nos harán saber que ahí están sintiéndose dichosos de vernos sonreír.
NO TE RINDAS
(Mario Benedetti)
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Tus compañeros y amigos
Mirta Clara dice
Desde Misiones, Argentina, vaya un sentido abrazo y continuamos en esta incansable lucha, ayudándonos, apoyándonos en esta incansable lucha de Cuidar al que Cuida, y tratar con dignidad, respeto y afecto a quienes padecen esta enfermedad.