Por Gloria Martín Diez
ODA A LAS PROTEINAS TAU Y BETA-AMILOIDE
Era un día cualquiera del mes de Julio de hace tres años. Lucía un sol espléndido que invitaba a disfrutar del día en compañía de mi familia tomando un café. Preparé a mi madre y salimos a la calle para aprovechar el día. Nos sentamos en una terraza y por fin se produjo la pregunta que yo más temía. Sentada al lado de mi madre, me mira y me pregunta ¿Y tú quieres eres? Soy tú hija le contesté y me pregunta de nuevo ¿Dónde está tu madre? La miré y le respondí: Que buena pregunta mamá, no sé dónde está mi madre.
Contestarme si podéis ¿Qué os ha hecho mi madre? ¿No os gustaba su vida? Una vida dedicada a cuidarnos, a ayudar a las personas que aparecían en su vida, a compartir y regalar su amor.
¿Por qué? ¿Por qué la habéis elegido como vuestra víctima? ¿Quizás para evitar que no sufra por los que estamos sufriendo con ella?
Queréis arrebatarme a esa madre ¡todo amor!, pero…sabéis una cosa? Que no podréis robarme su esencia. Su SER y su ESTAR en este mundo. ¿Y sabéis por qué? Porque cada día, cuando estoy con ella me besa como si hiciera un año que no me ve, porque eso es lo que ella piensa y… ¡esa, esa es mi madre!
Gracias TAU y BETA-AMILOIDE porque me estáis permitiendo saber lo que era importante para mi madre a los 12, 10, 8…años. Esto yo lo desconocía y gracias a vosotras ¡lo estoy descubriendo!
No os perdono
– El sufrimiento que le estáis causando cuando se levanta por la mañana y busca a su madre y al no encontrarla llora durante todo el día porque piensa que “su madre la ha abandonado”.
– Tampoco podré perdonaros jamás, cuando se horroriza porque mi padre, su marido, ciego, pero que con tanto amor la cuida, le dice: “es hora de irnos a la cama” y a ella le parece una aberración que “su padre” le diga que se acueste con él.
– Tampoco os puedo perdonar que ella sienta que su cabeza está como “metida en un laberinto” y ella quiere salir, pero…no encuentra la salida.
Nunca imaginé (o quizá sí) que sus “despistes” eran olvidos porque vosotras estabais cogiéndola de la mano, muy poquito a poco, para llevárosla con vosotras.
Poco a poco la vais quitando la coraza del ego, la coraza de prejuicios y apariencias y los recuerdos de toda una vida y es ahí cuando yo me “vuelvo loca” porque me cuesta vivir con este anacronismo y para “disfrutar” de este sinsentido, viajo al corazón de su infancia y de la mía y nos quedamos las dos en nuestra esencia más pura y con nuestro corazón infantil y “gracias a vosotras” estoy aprendiendo a entrar y salir de ese caprichoso reloj del tiempo.
Quiero daros las gracias por
– Las personas tan maravillosas con las que me voy cruzando en mi camino tanto a nivel personal como profesional porque son las que ayudan, comprenden y entienden una mirada. ¡Que comunicativo es el silencio! Porque cuando las emociones se ahogan en mi garganta no necesito palabras para expresar cómo me siento.
– Gracias a vosotras y por vosotras estoy aprendiendo el verdadero sentido de la vida que no es otro que el SER y no tanto el TENER.
Os pido por favor: No me castiguéis con su silencio porque es su grito más aterrador. Un sonido ensordecedor que me hiere y me lastima.
EL AMOR defiende los recuerdos que el ALZHEIMER quiere borrar.
Gloria Martín Diez ©
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