Estoy viendo Lázaro, la Película
Después de que os habláramos del tráiler, hoy por fin estoy viendo Lázaro, la película, y lo que veo es que «Lázaro» (González Mejía), protagonista absoluto de esta película-documental, está disfrutando. Y yo con ellos.
Si nada más empezar un «doc» sobre demencias ya te sientes cómodo y confiado del trabajo del director, es que seguramente habrá merecido la pena. Detalles desde el inicio que no pasarán desapercibidos para quienes decidan verla. Personalmente lo recomiendo.
He visto muchísimas películas sobre Alzheimer, y sin desmerecer ni una sola, me quedo con esta forma de contar las cosas.
Obviamente soy más «fan» de los documentales, y éste se ha ganado todo mi respeto. Un trabajo bien hecho relatando la cruda realidad sobre una enfermedad y que además es muy agradable de visionar. La calidad humana de su director, de su familia, de su cuidadora no tiene precio, y por 2€ os digo que merece la pena ver completo este trabajo que a mí me ha impresionado gratamente.
Y es que… hablemos de D. Lázaro: su sonrisa me ha cautivado desde los primeros minutos de la película-documental que firma y filma su hijo, José Alejandro González Vargas, y que con humor, el justo, (esa bonita escena en el baño, por ejemplo, o cuando practican idiomas con una gracia sublime) nos muestra aspectos positivos de un tipo de demencia. Su baile, las reacciones, el ser y el estar. “Todos esos momentos que NO se perderán.. como lágrimas en la lluvia”… y que ahora traen a mi mente a mi madre como nunca antes de la mejor forma posible. Lo que de la enfermedad queremos recordar, pero también otros aspectos que no queremos olvidar porque forman parte de esta historia de amor, que es cuidar de una madre o padre hasta el final.
Enhorabuena Director, por reflejar la enfermedad de esta forma tan cuidadosamente realista y gracias por dedicarlo a tu padre y al mundo que lo contemplamos.
Película-Documental, rural, hecha con pasión y mucho tacto, como sólo un hijo puede conseguir que de este drama del olvido, sigamos aprendiendo y disfrutando. Porque…cuando veáis #Lázaro, os daréis cuenta de cuánto ha disfrutado éste hombre el tiempo de rodaje junto a su hijo, su familia, los amigos y miembros de la aldea donde transcurre la acción y donde suceden cosas maravillosas, con excelentes miradas al pasado. En un paseo cinematográfico entre Bogotá, Pijao y Santa Fé (Antioquía, Colombia).
Recordad, ellos tardan un poco más en procesar la información, pero cuando lo hacen, es cuando más ellos son.
Ellos y la enfermedad, algo que hay que aceptar, a ser posible desde el inicio. La «cordura» que ellos van perdiendo, esa misma es la que a nosotros nos aumenta casi sin darnos cuenta para aceptar y entender este dilema de las demencias. Y aunque a veces creamos que hemos perdido el 100% de la paciencia, el humor, la templanza, en realidad la estamos reforzando. Creedme.
Para terminar, diré que le añadiría muchos adjetivos calificativos, sobre todo pensando en nuestro lector-cuidador, pero me quedaré con un mini-resumen en pocas palabras para quienes de verdad quieran verlo y aprender cosas muy importantes sobre el cuidado: Documental novedoso, con mucho mimo y tacto del que podemos aprender muchas cosas.
Jesús (Ex-Cuidador Alzheimer).
Autor de “El Café del Alzheimer”, el grupo por excelencia de los cuidadores
envejecer activos dice
Todo lo que se hace con el corazón tiene buenos resultados y merece ser valorado. En un registro muy distinto, recomiendo la película de animación «Arrugas», de Ignacio Ferreras, estrenada en 2011. Es un testimonio extraordinario de cómo el drama de la enfermedad de alzheimer se puede abordar desde perspectivas muy diversas. Y todas son válidas si se hacen con amor. Es de esperar que podemos ver pronto «Lazaro» en España.