El Cariño y el Alzheimer
“Escribo esta carta porque me ha emocionado una experiencia que he vivido en mi barrio. Empezaré diciendo que mi Madre padece alzhéimer y que gracias a las magníficas personas que se dedican a atender y a cuidar a estos pacientes es más llevadero el dolor que provoca.
En el establecimiento de Eroski de la avenida Juan Carlos I de Zaragoza, yo estaba haciendo la compra, y la dependienta que me atendía no perdía detalle de una señora de edad que estaba tratando de conseguir de las estanterías una serie de productos que no podía encontrar.
Me ha pedido disculpas y me ha dicho, “tiene alzhéimer y le ayudo con su compra”; le he contestado “por supuesto y qué gran labor la tuya”.
Con la mejor de sus sonrisas ha ido guiando a la señora hasta que ha completado la compra. Esta no ha parado de mostrar su gratitud y yo me he vuelto a casa con una sonrisa y llena de alegría, por la generosidad de esta persona.
¡Estas sí son las cosas buenas de la vida!”
M. Purificación Ramón Fernández (Zaragoza)
Publicado en el Heraldo de Aragón – 13 de mayo de 2022
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