Inés Marichalar (17 Mayo 2010)
Voluntariado: cómo actuar ante las demencias
El voluntario es una pieza clave en su papel de ayuda a los enfermos de Alzheimer u otros tipos de demencia y a sus familiares. Hay que tener en cuenta que estamos hablando, por lo general, de un tipo de voluntario que tendrá que saber tratar a personas mayores, con un tipo de enfermedad neurodegenerativa que puede prolongarse mucho tiempo, en un proceso a lo largo del cual el enfermo va perdiendo su autonomía.
De ahí la importancia de los consejos de los Cuadernos prácticos sobre la enfermedad de Alzheimer y otras demencias , realizados por la Asociación Afal y Obra Social de Caja Madrid.
Te aconsejamos los consultes, ya que en ellos encontrarás mucha información útil. Por ejemplo, nos recuerda lo importante que es la figura del voluntario a la hora de funcionar como nexo de unión entre familiares que se pasan muchísimo tiempo aislados con sus enfermos y el mundo exterior.
La figura del voluntario puede servir aquí de nexo con esa realidad exterior, de la que el cuidador y/o su familia se han podido ir apartando como consecuencia de sus obligaciones con el enfermo. Asimismo, el voluntario es importante para proporcionar compañía y apoyo en la tarea, larga y difícil, que tienen que afrontar.
En un terreno más específico, el voluntario sirve de enlace entre la asociación y la familia; se convierte en portador de información útil y detecta carencias subsanables que serán comunicadas a la persona responsable del programa para que, a través de ella, pueda prestarse la ayuda apropiada desde la asociación de familiares.
Además de esto, y de un modo no menos importante, la figura del voluntario puede significar, a lo largo de todo este difícil proceso, una aportación de ánimo, alegría y aire fresco, y un saber hacer, casi sin notarse, un servicio verdaderamente valioso.
El voluntario no soluciona problemas; está al lado de la persona con problemas y la apoya con su presencia. Apoyo que muchas veces es tanto o más importante que la ayuda concreta que se pueda prestar.
En el caso de las demencias, por las características especiales que este problema presenta, el protagonista esencial de la acción voluntaria será siempre el familiar o cuidador y es indispensable pensar en él a la hora de plantear cualquier actuación
El Voluntario Perfecto
De acuerdo con lo que llevamos dicho, el voluntario que haya de actuar en el mundo de las demencias, y concretamente en la demencia tipo Alzheimer, deberá poseer una serie de características indispensables para poder entender y ayudar a las personas afectadas.
Te enumeramos las principales para que tomes conciencia de ellas y te sirvan en tu preparación:
- Paciencia, cariño y comprensión.
- Confidencialidad y discreción.
- Presencia positiva junto al que sufre, para estar en situación de sostener su autoestima y hacerle más llevaderos algunos procesos que, como recordábamos antes, pueden ser muy dolorosos.
- Sentido común.
- Claridad personal en su motivación como voluntario en el apoyo a personas mayores.
- Amabilidad y cercanía en el trato.
- Puntualidad.
- Sensibilidad hacia las personas mayores y los problemas que les son propios.
- Equilibrio emocional.
- Madurez.
- Adaptabilidad.
- Comunicabilidad.
- Optimismo.
- Comportamiento solidario.
Supongo que aunar todas ellas es imposible, pero quizá te hayamos podido dar pistas de las que te faltaban o no habías tenido en cuenta. (Fuente: CuidadoAlzheimer.com Redacción: Inés Marichalar)
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