Déficit de atención evidente, alteración cognitiva (ya sea por excitación o, al contrario, por un bajo nivel de conciencia), aparece de forma repentina y fluctúa, no siempre se presenta con la misma intensidad.
Esas son las características definitorias del delirium en los ancianos, un síndrome que afecta a casi el 50% de los que ingresan en el hospital y que, pese a semejante incidencia, tiende a confundirse con otra cosa, fundamentalmente con demencia.
«El delirium tiene siempre una causa orgánica; generalmente, extracerebral», recordó ayer la geriatra Rocío Malfeito en la sesión clínica que impartió en el Hula. Ese estado de confusión agudo puede provocar alucinaciones, desorientación, agresividad, dificultades para comunicarse, pero oculta, en realidad, otra enfermedad.
«En muchísimos casos, el primer síntoma es ese. Puede tratarse casi de cualquier enfermedad, desde una embolia hasta una neumonía», explicó Malfeito. Pese a todo, las causas más frecuentes son las infecciones (respiratorias y urinarias) y los efectos de una conjunción de medicamentos. En el primer caso, resulta relativamente frecuente que, si en una persona joven, el primer síntoma de una infección es la fiebre, en el anciano sea el delirium. El segundo ocurre fundamentalmente en los pacientes que toman cuatro medicamentos o más.
«Muchos ancianos tienen insuficiencia renal y, si por ejemplo, dejan de beber unos días no eliminan convenientemente los restos de esos medicamentos y acaban por provocarles el delirium», apuntó.La inclusión de un fármaco acetilcolinérgico (que afecta a un determinado neurotransmisor) también puede provocar esa confusión, así como la colocación de vías, administración de oxígeno o la inmovilización del paciente que se puede hacer cuando ingresa.
«Del 10 al 20% de los pacientes ancianos que ingresan menos de 24 horas padecen delirium. Si están hospitalizados más de 24 horas, su incidencia llega hasta el 56%. Si se somete a cirugía, llega hasta el 80%», señaló la geriatra.
El delirium se manifiesta generalmente en un proceso hiperactivo, pero puede ser también hipoactivo, cuando el paciente se encuentra en un estado de aparente reposo permanente, muy lento, sin apenas reacción. Se da de esta forma en un 25% de los casos y suele ser más peligroso, según advirtió Malfeito, porque corre más peligro de pasar desapercibido y, por tanto, de no abordar la enfermedad que esconde de una forma suficientemente precoz.
Además de las personas que toman varios medicamentos o que tienen otro tipo de enfermedad, también los pacientes con demencia presentan predisposición a padecer delirium, aunque el síndrome no sea equivalente a esa enfermedad o a una patología psiquiátrica. «La demencia no se dé de forma aguda. El delirium, sí», apuntó.
elprogreso.galiciae.com
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