«Competencia: conceptos generales y aplicación en la demencia»
Valorar si una persona con demencia puede tomar decisiones incumbe a los neurólogos
Luis Carlos Álvaro :: Foto Monika del Valle / Argazki Press |
Álvaro es miembro del Comité de Ética Asistencial del hospital en cuestión, lo que ha pesado en la motivación de este trabajo. “Se trata de la interacción entre una patología clínica muy común para nosotros (los neurólogos) y la capacidad de decisión, y esto se analiza mucho desde los comités de bioética”, explica. Pero no solo eso, porque este artículo sirve para reivindicar la importancia de los neurólogos al determinar hasta qué punto ha dañado la demencia la competencia del paciente:
“Por una tradición que al menos los neurólogos no compartimos, muchas veces son los psiquiatras los que evalúan la competencia en las demencias. Este es un capítulo en el que realmente los que más podemos aportar somos los neurólogos, porque es nuestra patología. A los pacientes los conocemos y los llevamos nosotros, y somos los más capacitados para tomar decisiones de estas”.
De todas maneras, en relación a este asunto, advierte de ciertas prácticas a mejorar desde el punto de vista de la bioética: como normalmente el paciente no rechaza el tratamiento ni suele haber riesgos elevados en caso de hacerlo, la falta de competencia pasa desapercibida, y en consecuencia hay poca sensibilidad hacia dicha incapacidad.
“La falta de poder de decisión para una actividad específica es muy corriente, pero como en su mayoría no tienen consecuencias porque son por temas menores, no suelen saltar las alarmas. Eso no nos exime de evaluarlas. Deberíamos evaluarlas más, y tener en cuenta que dependen del nivel de decisión que se exija”, afirma Álvaro.
alzheimeruniversal dice
Pienso que los psiquiatras y psicólogos tienen mucho que hacer y decir en esto, pero una cosa es el seguimiento, que ahí es donde entran en juego estos profesionales, y por supuesto el pre-diagnóstico y el diagnóstico, final por el tema depresión, psicosis, etc, y también, muy importante, por los diagnósticos erróneos y otra es la valoración en la toma de decisiones y otros aspectos (basándonos en como funcionan ahora las cosas y concretamente en nuestro caso particular) sobre todo cuando el enfermo nunca ha pisado la consulta del psiquiatra porque el sistema no lo ve necesario o el familiar acude al neurólogo o el medico de familia lo deriva a este, o no cree que sea competencia suya y ha sido llevado desde el inicio integralmente por un neurólogo y el medico de cabecera para males menores.
Pero claro, nunca es tarde y creo que puede y deben «coexistir» alrededor del paciente para un mejor seguimiento y tratamiento de las distintas patologías que afectan durante el trayecto de la enfermedad. Alzheimer en ese caso.
Esta enfermedad y estos pacientes necesitan de todo un equipo porque los trastornos de índole psiquiátrico quizá podrían ser mejor abordados si trabajasen en equipo. Eso sí, debo decir que en nuestro caso, el neurólogo, y no entiendo de sus competencias, ha demostrado su profesionalidad, mas me hubiera gustado la intervención de un psiquiatra en algunos momentos incluido el presente.