Los estudios ya han demostrado que el ejercicio regular es un factor esencial para lograr un envejecimiento sano, incluida la prevención o retraso del deterioro cognitivo que conduce a la demencia.
Ahora otras cuatro investigaciones comprobaron estos beneficios.
Las investigaciones separadas, presentadas durante la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer que se celebra en Canadá, analizaron el impacto de diversos tipos de entrenamiento físico en las funciones cognitivas y deterioro mental de adultos mayores.
Estos eran entrenamiento de resistencia, aeróbico y de estrechamiento y equilibrio.
Aunque todos mostraron beneficios y mejoras en las funciones mentales de los participantes, el que resultó más beneficioso fue el ejercicio de resistencia, que incluye el levantamiento de pesas, expresaron los científicos.
El estudio llevado a cabo en la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, involucró a 86 mujeres de entre 70 y 80 años que sufrían deterioro cognitivo leve (DCL) o demencia incipiente, que es una etapa previa a la demencia pero que no interfiere con las actividades diarias de la persona.
Las participantes fueron divididas en tres grupos y se les asignaron distintas rutinas de ejercicio durante seis meses.
Un grupo llevó a cabo dos sesiones de levantamiento de pesas a la semana, otro dos sesiones de entrenamiento aeróbico, como caminatas, y el tercero dos sesiones de ejercicios de equilibrio y estrechamiento a la semana.
Al inicio y al final del estudio las participantes fueron sometidas a pruebas para medir sus funciones mentales, como razonamiento y memoria y a escáneres para medir los cambios en su cerebro.
Los investigadores encontraron que las mujeres que realizaron el entrenamiento de levantar pesas «mejoraron significativamente» los grados obtenidos en las pruebas que medían la atención selectiva, resolución de conflictos y tareas de memoria.
«El entrenamiento de resistencia también condujo a cambios funcionales en tres regiones del cerebro involucradas en la memoria» dice Teresa Liu-Ambrose, quien dirigió el estudio.
Ni el grupo de entrenamiento de equilibrio ni el de aeróbicos mostraron esos cambios, dicen los investigadores.
«El DCL es una ventana crítica para intervenir contra la demencia» explica la doctora Liu-Ambrose.
«Encontramos que el entrenamiento de resistencia dos veces a la semana es una estrategia prometedora para alterar la trayectoria al deterioro cognitivo en adultos mayores con DCL» agrega.
Mayor volumen cerebral
En otro estudio, investigadores de la misma universidad compararon los beneficios del entrenamiento de resistencia con los del entrenamiento de equilibrio y balance en las funciones cognitivas de 155 mujeres de entre 65 y 75 años.
El estudio de 12 meses mostró que las que llevaron a cabo el entrenamiento de resistencia mostraron más probabilidades de mejorar o mantener sus funciones cognitivas que las sometidas a entrenamiento de equilibrio y balance.
Un tercer estudio, del Centro Nacional de Geriatría y Gerontología en Japón, encontró que las capacidades de lenguaje de un grupo de 47 personas mejoró después de tomar parte en una combinación de ejercicios aeróbicos, fortaleza y balance durante un período de 12 meses.
Los participantes, de entre 65 y 93 años, sufrían DCL con amnesia y con la combinación de ejercicios lograron «mejorar significativamente» su uso de lenguaje y mejorar o mantener sus funciones cognitivas.
La cuarta investigación presentada durante la Conferencia estudió el impacto de las caminatas en la región cerebral vinculada a la memoria.
El estudio llevado a cabo en la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, involucró a 120 adultos mayores que aunque no mostraban signos de demencia, tenían un estilo de vida sedentario.
Los participantes fueron sometidos a escáneres cerebrales para medir el hipocampo, la región asociada a la memoria, antes y después del entrenamiento de un año.
Una de las características de Alzheimer es un encogimiento significativo del hipocampo.
Los científicos encontraron que después de un año de ejercicio de caminatas moderadas el tamaño del hipocampo de los participantes se incrementó 2%.
«Nuestros hallazgos sugieren que el envejecimiento del cerebro es modificable y que los adultos mayores sedentarios pueden beneficiarse si comienzan un régimen de caminatas moderadas» afirma el profesor Kirk Erickson, quien dirigió el estudio.
En un comentario sobre las investigaciones, la doctora Anne Corbett de la organización Alzheimer’s Society, afirma que «aunque las rutinas de levantamiento de pesas podrían no gustar a todos, estos estudios demuestran una vez más lo importante que es el ejercicio para el cerebro».
«Sabemos que el ejercicio regular puede reducir hasta en 45% el riesgo de desarrollar demencia pero estos estudios muestran que también puede tener beneficios reales con las personas que sufren deterioro cognitivo leve» agrega la experta.
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