INVESTIGACIÓN | Consumo prolongado
El Mundo | Neurociencia
Fumar marihuana desde los 11 años lastra la inteligencia
- Un consumo precoz altera funciones como la memoria o la comprensión
- Si la persona se inició en la pubertad, el cese no mejora su deterioro cognitivo
Ángeles López | Madrid
28/08/2012
Una joven fumando un porro de marihuana | Imagen Reuters |
Pocos adolescentes creen que la marihuana puede generarles un daño en su salud. Con la excusa de que al fumar cannabis no se inhala tanto tabaco como con los cigarrillos normales, muchos jóvenes se escudan en esos aparentes beneficios para seguir consumiendo esta sustancia. Sin embargo, los datos de un estudio, publicado en ‘PNAS’, son tan rotundos que parecen zanjar las dudas: si se consume desde la adolescencia, el cannabis genera un deterioro neurológico importante.
Los adolescentes españoles están a la cabeza del consumo mundial de marihuana, según una encuesta realizada por la Organización Mundial de la Salud a estudiantes de 11, 13 y 15 años entre 2009 y 2010. Sin embargo, las noticias sobre sus efectos beneficiosos para determinados pacientes, como las personas con cáncer o problemas neurológicos, sirven de excusa para defender con capa y espada su consumo.
Aunque si bien es cierto que el cannabis muestra algunos beneficios en determinadas patologías, como la reducción de la rigidez en la esclerosis múltiple o la disminución de las náuseas tras recibir quimioterapia, no es menos cierto que su consumo habitual ha sido relacionado con otros problemas, como deterioro cognitivo.
Los estudios que se han venido realizando hasta la fecha para conocer el impacto del consumo de cannabis en la adolescencia tenían algunas limitaciones como no tener en cuenta cuál era el funcionamiento neuropsicológico antes del consumo. Tampoco se conocía cuál era la cantidad, frecuencia, duración y edad de inicio en el que la persona comenzaba a fumar marihuana, una sustancia de la que años después iba a ser un gran consumidor.
Todas estas variables sí que las contemplaron investigadores del King’s College de Londres, de la Universidad de Duke (Durham, EEUU) y de la Universidad de Otago (Dunedin, Nueva Zelanda) al realizar un estudio prospectivo con 1.037 personas a las que siguieron desde su nacimiento (entre 1972 y 1973) hasta los 38 años de edad.
A todos los participantes se les realizaron tests neuropsicológicos a los 13 años, antes de iniciarse en el consumo de cannabis, y posteriormente, a los 38 años, cuando algunos de ellos ya eran fumadores habituales de marihuana.
Memoria y comprensión
Lo que se pudo comprobar es que a mayor dependencia del cannabis mayor deterioro cognitivo mostraban los participantes. De hecho, quienes nunca habían fumado marihuana presentaron una mejora de su cociente intelectual a los 38 años.
El deterioro se observó en diferentes aspectos como la memoria, la velocidad en la que se procesa la información, el razonamiento de los estímulos percibidos y la comprensión verbal. Todas estas alteraciones les generaban problemas en su vida diaria.
Los investigadores también pudieron comprobar que quienes mostraron un mayor déficit en su rendimiento intelectual eran los que habían empezado antes a fumar marihuana, en comparación con las personas que lo hicieron ya de adultas, en las que no se detectó ningún deterioro persistente.
Por otro lado, el declive del cociente intelectual se dio tanto en aquellos que en su adolescencia fumaban poco (14 días al año) como en los que consumían regularmente cannabis (365 días). Además, el cese del consumo no restauró completamente la función neuropsicológica entre los que habían fumado persistentemente desde su pubertad.
«Este estudio apunta a la adolescencia como un momento de extremada vulnerabilidad. Los resultados son muy claros en que no es simplemente el consumo crónico lo que genera los déficits sino el consumo crónico cuando se inicia en la adolescencia», afirma Laurence Steinberg, psicólogo de la Universidad de Temple.
Una etapa vulnerable
Tal vez la explicación esté en una de las hipótesis que lanza el estudio y que señala la pubertad como un periodo crítico del desarrollo cerebral, que se caracteriza por la maduración neuronal y de reorganización sináptica.
No obstante, todavía queda mucho por conocer para determinar los parámetros sobre cuál es la cantidad suficiente para generar un deterioro neuropsicológico, la frecuencia del consumo y la edad clave. «Nuestros resultados sugieren que tomar cannabis antes de los 18 años predice un deterioro, pero otros han encontrado efectos sólo para edades más precoces», afirman los investigadores por lo que sugieren seguir realizando nuevos estudios en esta línea.
Para terminar, los investigadores señalan que se deberían dirigir mensajes a los jóvenes que les expliquen que el consumo de marihuana puede tener efectos peligrosos en su funcionamiento neurológico y animarles a dejar su consumo, sobre todo aquellos que hayan empezado en la adolescencia.
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