Se pueden hacer una serie de propuestas útiles a la hora de desarrollar programas institucionales para “cuidar al cuidador”
1. El primer paso de todo programa de ayuda consiste en que el cuidador del paciente de Alzheimer reconozca que necesita ayuda, y que ello no le distraerá de su labor de cuidar sino que le hará más eficaz. En todo caso el disimulo de lo que le puede estar ocurriendo a sí mismo no mejorará la situación personal.
2. Aceptar que estas reacciones de agotamiento son frecuentes e incluso y previsibles en un cuidador. Son reacciones normales ante una situación “límite”, pero que necesitan apoyo.
3. No olvidarse de sí mismo, poniéndose siempre en segundo lugar. El «autosacrificio total» no tiene sentido. Pedir ayuda personal al detectar estos signos, no ocultarlos por miedo a asumir que «se está al límite de sus fuerzas» ni tampoco por culpa de no ser un super-cuidador.
4. No temer acudir a un profesional (psiquiatra o psicólogo) y a grupos de auto-ayuda (GAMA) de asociaciones de afectados por la enfermedad de Alzheimer que resultan ser muy eficaces.
5. Aprender técnicas de relajación psicofísica (Jacobson, Schultz), visualización distractiva, Yoga, etc.
6. Solicitar información y formación adecuada sobre aspectos médicos de la enfermedad (evolución futura, previsión de complicaciones, medicación) y conocimientos prácticos para enfrentar los problemas derivados tales como nutrición, higiene, adaptación del hogar, movilizaciones del paciente, etc. Todo ello incrementa el sentimiento de control y de eficacia personal.
7. Marcarse objetivos reales, a corto plazo y factibles en las tareas del cuidar.
8. No mantener expectativas irreales («El enfermo no va a empeorar mas de lo que está»), ni tampoco ideas omnipotentes sobre uno («Voy a solucionar todos los problemas yo sólo»).
9. Ser capaz de delegar tareas en otros familiares o personal contratado (sanitario o del hogar). No creerse imprescindible.
10. Mantenerse automotivado a largo plazo, auto reforzarse en los éxitos, felicitándose a sí mismo por todo lo bueno que va haciendo.
11. No fijarse sólo en las deficiencias y fallos que se tengan.
12. Cuidar especialmente los propios descansos y la propia alimentación: parar 10 minutos cada dos horas, dormir las horas suficientes y mantener una dieta adecuada.
13. Tomarse también cada día una hora para realizar los asuntos propios. Asimismo permitirse un merecido descanso diario o semanal, fuera del contacto directo con el enfermo.
14. Si se puede, realizar ejercicio físico todos los días, ya que elimina toxinas corporales y despeja la mente.
15. Evitar el aislamiento: obligarse a mantener el contacto con amigos y otros familiares. Salir de la casa con otras personas, no quedarse «enclaustrado». Los vínculos afectivos cálidos amortiguan el estrés.
16. Saber poner límite a las demandas excesivas del paciente; hay que saber decir NO, sin sentirse culpable por ello.
17. Expresar abiertamente a otros las frustraciones, temores o propios resentimientos, es un escape emocional siempre beneficioso.
18. Planificar las actividades de la semana y del día. Establecer prioridades de tareas, diferenciando lo urgente de lo importante. Decidir qué cosas no va a poder realizarlas con bastante probabilidad. La falta de tiempo es una de las primeras causas de agobio.
19. Promocionar la independencia del paciente. No debe realizar el cuidador lo que el enfermo pueda hacer por sí mismo, aunque lo haga lento o mal.
20. Usar Centros de día, Residencias de respiro temporal, o Personal contratado de asistencia domiciliaria.
Fuente: Extraido de «Sobrecarga Psicofisica en familiares Cuidadores de enfermos de Alzheimer». Dr. Alfredo Rodríguez del Alamo. Neuropsicólogo. Fundación SPF de Neurociencias.
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Lucia Castaneda Paniagua dice
Muy interezante si el cuidador de alzheimer tambien debe ser cuidado y aceptar las sugerencias del especialista
ysabel diaz dice
Muy buena su pagina ayuda mucho a entender a los pacientes con esta patologia.gracias
Marimag Paez Zubizarreta dice
Mi problema es que mi madre de 88 años, me maltrató siempre, nunca me quiso, y nunca quiso ir al psiquiatra para que vieran qué enfermedad tenía (de joven). Su familia no la quiere, la abandonó,y por consiguiente me abandonó a mí. Yo tengo 50 años, soy hija única y llevo cuidandola desde hace 8 años. Caí en depresión y me ocupo de ella como puedo, o sea, mal. Mi gran problema es que no trabajo y que si la pongo en una residencia nos quedamos sin ingresos. No sé qué hacer, a veces deseo que nos muramos las dos. Ahora está en una fase en que la han visto 5 medicos de urgencias, en una ciudad en emergencia sanitaria (donde los ancianos importan menos que los jóvenes), y no le dan «en la tecla» (como seles llama en argentina a los medicos ineptos). Se hace encima,caca, y no hemos sabido aun si es incontinencia, bolo o diarrea.Se levanta por la noche y se quita los pañales. Me tiene harta. Ya empiezo a tener problemas para conciliar el sueño y he perdido las ganas de vivir.
Marimag Paez Zubizarreta dice
nro 21. tener a alguien que te de un abrazo de vez en cuando y amigos verdaderos, que no se borren siempre que la cosa se pone fea.
no idealicemos la situación, a veces uno se ve obligado a cuidar a alguien que se lo está comiendo vivo, asi durante años y sin ayuda económica, al punto de haber tenido que dejar de trabajar.
a mi GAMA no me sirvió, yo estaba al borde del suicidio y el psicologo del grupo llegó a decirme que sí,que quizá mi solución sería ir a la escollera y tirarme. lo dijo como estrategia. me parecio un completo inepto y no fui más.