Leía estremecido el artículo de Marta Navarro para el diario.es titulado “Los mayores lloran en las residencias la separación forzosa de sus animales”(*), como una fantástica crónica que recogía una realidad dramática, desconocida y descorazonadora.
Tal y como afirmaban Gutiérrez, Granados y Píaz (2007), el vínculo emocional entre persona y animal de compañía “está basado en los principios de seguridad, intimidad, afinidad y constancia”.
Dicho artículo (*), muestra magistralmente los sentimientos de vacío, soledad y abandono que vivencian tres ancianos/as al desvincularse de sus animales ante el ingreso institucional. Una circunstancia -que aunque común- no es contrastada en las residencias para posibilitar la continuidad de este crucial lazo afectivo. Tan solo, fuentes del artículo, citan la autorización de tres centros en todo el país (estudio de la ADDA).
El vínculo motivacional y afectivo de los animales de compañía ejercen un relevante factor de canalización de sentimientos, así como ayuda a la persona a mitigar la sensación normativa de desarraigo ante el ingreso y facilita el ajuste y la adaptación a la nueva vida en la residencia. Por otra parte, las actuales perspectivas no-farmacológicas incorporan a los animales en la programación de sus actividades (la denominada Terapia asistida con animales de compañía o TAAC).
Las posibilidades terapéuticas de esta proyección fundamentan de una relación que contextualiza al enfermo, rompe con la monotonía y aporta una carga estimular necesaria (también en enfermos de Alzheimer), creando una disposición activa al desarrollo de talleres, aumentando el estado anímico y la capacidad comunicativa amplificando tanto elementos expresivos como físicos así como los afectivos y sensoriales. De la misma forma, el animal de compañía prolonga la cotidianidad y aumenta la socialización de los ancianos institucionalizados.
Fuente: Eldiario.es / Marta Navarro García.
(*)http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/Centenares-ancianos-residencias-separacion-animales_6_242585749.html
Gutiérrez,G.; Granados D.R, Piar, N. Interacciones humano-animal: características e implicaciones para el bienestar de los humanos. Rev Colombiana Psicología.2007; 16: 163-83.
Fotografía: kissito.org
Angel Moreno Toledo
Psicólogo/Formador/Escritor
Especialista en Psicogerontología
Director/Editor de Neurama.
www.neurama.es
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