Pérdida de memoria: ¿Qué es normal?
¿Por qué olvido las cosas? ¿Es un envejecimiento normal o alzhéimer?
Pérdida de memoria
Cuando somos mayores (y no tanto, que a más de un treintañero que conozco le sucede igual) es probable que a veces olvides una palabra, dónde dejaste las llaves del coche, o el nombre de un vecino que viste en el mercado.
Estos pequeños lapsus de memoria ocurren. Son una parte normal del envejecimiento y se denomina envejecimiento cognitivo. En todos no pasa igual pero ya es reconocido como un proceso de cambio más dentro de la adultez mayor.
Para enfrentar esta situación te puede ayudar:
- Escribir notas sobre las cosas importantes que debes recordar, como citas.
- Colocar las llaves en el mismo lugar cada día.
- Realizar actividades estimulantes para tu cerebro como crucigramas.
Debido a que la pérdida de memoria es también un síntoma de la enfermedad de Alzheimer, es posible que te preocupe que estas fallas sean una señal de algo más serio.
Otras causas de pérdida de la memoria
En la mayoría de los casos, no hay un gran motivo de preocupación. El hecho de que pierdes las llaves u olvidas el nombre de alguien no significa que tienes la enfermedad de Alzheimer. La pérdida de memoria puede ser debido a un proceso normal de envejecimiento.
Algunas condiciones que contribuyen a la pérdida de memoria incluyen:
– Depresión
– Efectos secundarios de los medicamentos
– Abuso de alcohol
– Insuficiencia de vitamina B12 o un nivel bajo de tiroides.
– El estrés y la preocupación de cualquier tipo, por ejemplo, por la muerte de un cónyuge o ser querido, o por jubilación
– Otras enfermedades médicas
Pérdida de memoria: ¿Qué es normal?
Uno de los síntomas de pérdida de memoria más grave es que no eres consciente de que hay un problema. Los familiares pueden parecer más preocupados de lo que tú estás. Si tus familiares están hablando contigo sobre tu memoria, toma sus preocupaciones en serio y ve a un médico.
He aquí una lista sobre lo que es normal, junto con motivos de preocupación:
Normal: Te olvidas de citas diarias pero lo recuerdas más tarde.
Motivo de preocupación: Preguntas a amigos y familiares sobre los detalles una y otra vez, o ellos tienen que hacer por ti tareas que solías hacer por ti mismo.
Normal: Te equivocas haciendo algunos trámites bancarios.
Motivo de preocupación: Tienes dificultades para planificar o resolver problemas que solían ser fáciles. Es difícil hacer las cosas que involucran números, como seguir una receta o pagar las facturas mensuales.
Normal: Necesitas ayuda de vez en cuando con los ajustes de microondas o un mando a distancia del televisor.
Motivo de preocupación: No sabes cómo encender la hornilla o llegar a un lugar familiar en coche
Normal: Te olvidas qué día de la semana es pero lo recuerdas más tarde.
Motivo de preocupación: Te encuentras en un lugar y no sabes cómo llegaste allí.
Normal: Tienes cambios en la vista relacionados con la edad, por cataratas, por ejemplo.
Motivo de preocupación: Tienes problemas con la distancia, el color o la percepción. Pasas delante de un espejo y no reconoces tu propio reflejo.
Normal: No logras encontrar la palabra correcta inmediatamente.
Motivo de preocupación: Llamas las cosas por nombres equivocados. Te detienes en medio de una frase y no tienes idea de lo que estabas diciendo.
Normal: Extravías los anteojos o el mando a distancia de vez en cuando.
Motivo de preocupación: Pones las cosas en lugares extraños, y no puedes volver sobre tus pasos para encontrarlos. O acusas a otros de robar.
Normal: Tomas una mala decisión de vez en cuando.
Motivo de preocupación: Tomas malas decisiones relacionadas con el dinero a menudo. Tienes problemas para mantener un aspecto personal adecuado.
Normal: A veces te sientes cansado del trabajo, la familia y las demandas sociales.
Motivo de preocupación: Intentas no pasar tiempo con otros debido a los cambios que has experimentado. Te aíslas.
Normal: Tienes tus maneras de hacer las cosas y te vuelves un poco gruñona cuando estas no salen como esperas.
Motivo de preocupación: Te molestas fácilmente con los cambios de rutina o cuando estás fuera de tu zona de confort. Te sientes a menudo confundido, ansioso, suspicaz, deprimido, o temeroso.
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