Investigadores aseguran haber revertido los efectos del alzhéimer en un grupo reducido de pacientes
Un proyecto de investigadores californianos ha conseguido mostrar por primera vez con un pequeño grupo de pacientes que el deterioro cognitivo puede ser revertido
La revista Aging ha publicado un estudio sin precedentes realizado entre el Instituto Buck (para la investigación sobre el Envejecimiento) y los Laboratorios Easton (para la investigación sobre las enfermedades neurogenerativas de la Universidad de California).
Según explican, por primera vez ha logrado en una investigación con una pequeña muestra de enfermos de Alzheimer que el deterioro cognitivo pueda ser revertido.
El estudio
Dale Bredesen (Director del Centro Easton de la UCLA y autor del proyecto explica que consistió en un plan personalizado de 36 puntos para cada uno de los 10 participantes y que incluía:
Determinados medicamentos y vitaminas, cambios en la dieta, ejercicio físico y ciertos cambios en los hábitos.
Bredesen plantea que la mayoría de las terapias del Alzheimer a lo largo de la historia se han basado en monoterapias y el uso de un fármaco para la enfermedad logrando que se atenúen algunos síntomas pero sin éxito en la mejora del Alzheimer.
Debido a esto, se eligieron a 10 enfermos con distintos grados de deterioro cognitivo (leve, subjetivo o Alzheimer en curso) y se les dio un enfoque amplio y completo a cada paciente.
La terapia
La terapia se llama MEND “Metabolic Enhancement for Neurodegeneration” (Mejora Metabólica de la Neurodegeneración), y todos presentaron mejoría salvo el paciente de alzhéimer avanzado. Esto fue avalado por sus familias, exámenes neuropsicológicos y tomografías que demostraron mejoras cerebrales (volumen del hipocampo).
Bredesen enfatiza en que, cada tratamiento es diferente y personalizado, y nos detalla el practicado con 2 pacientes del estudio.
1. Una mujer que olvidaba el camino a su casa fue tratada de la siguiente forma:
Se quitó de su dieta diaria los carbohidratos simples, el gluten y todo lo procesado. Se aumentó el consumo de verduras, frutas y pescado; practicar yoga y meditación para disminuir el estrés. También debió consumir melanina, metilcobalamina, vitamina D3, aceite de pescado y coenzima Q10.
Dormir 7 horas por las noches, mejorar higiene bucal y retomar el reemplazo hormonal que había dejado, ayuno durante 12 horas entre la cena y el desayuno y durante tres horas entre la cena y la hora de irse a la cama; y realizar algún tipo de ejercicio durante media hora entre cuatro y seis días a la semana.
2. Hombre de 69 años que tenía problemas de memoria hace 11 años luego de 22 meses con su terapia recuperó habilidades y memoria a largo plazo constatado en test neuropsicológico (de 3% a 84%).
3. Otro paciente recuperó vocabulario y orientación espacial.
Pero…¿Qué tenían en común los 10 pacientes seleccionados?
9 de los 10 elegidos tenían al menos una copia del Alelo ApoE4 (principal factor genético de riesgo de Alzheimer).
Este factor lo tienen entre el 60% y el 80% de pacientes de Alzheimer. Cinco de ellos tenían duplicado el factor, lo que aumentaba el riesgo de enfermar entre un 10% y un 12% más.
Dificultades
Dificultades de poner en práctica expresadas por los pacientes:
- Tratamiento difícil de seguir por tanto cambio en su vida (tanto en alimentación como hábitos de vida).
- Demasiadas pastillas a tomar.
- No fueron capaces de seguir el protocolo completo a pesar de la mejoría que experimentaron.
Finalmente, el autor plantea que la mayoría de los cambios experimentados por los pacientes además de la memoria es una mejor salud en general y peso.
Bredesen opina:
Contradice la hipótesis de que el alzhéimer está originado por la acumulación de placas del péptido beta-amiloide en el cerebro del paciente, es decir, por la toxicidad de dicho elemento.
En opinión del autor, se trataría de un elemento que cumple una función en el cerebro, solo que el aumento que se produce durante la degeneración cognitiva provoca que la pérdida de memoria gane la partida a la formación de recuerdos.
Bradesen señala, además, que en lugar de centrarse en elementos patógenos concretos que expliquen la enfermedad, la lucha contra estos puede combinarse para crear sinergias cuyos efectos se acumulen.
La investigación ha estado influida por los modernos tratamientos de enfermedades como el cáncer, los problemas cardiovasculares o el sida, donde cada vez son más frecuentes las terapias combinadas.
A pesar de que “la magnitud de la mejora en estos 10 pacientes no tiene precedentes”, el autor reconoce que “se trata de un estudio muy pequeño que necesita ser replicado en cantidades mayores en localizaciones distintas”.
Un nivel superior de esta línea de investigación que será difícil (y caro) llevar a cabo dadas las particularidades del tratamiento.
Más información: elconfidencial.com
Entrevista a Dale Bredesen (en inglés)
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