¿Y quién hace hincapié en el maltrato psicológico hacia los mayores?
Estamos acostumbrados a escuchar a todas horas la palabra Alzheimer, sobre todo al hablar de personas ya jubiladas. Más de 1,2 millones de personas sufren esta enfermedad actualmente en España, y se espera que esta cantidad se triplique para 2050. En el mundo se estima que haya unos 48 millones de personas que la padezcan. Quizás todos conozcamos a una persona enferma, o mínimo, a un cuidador de una persona que viva con esta enfermedad. Es la enfermedad psicológica con más prevalencia en personas mayores, lo cual, por si no fuera poco sufrimiento el olvidarte de tus recuerdos más preciados, tiene alta correlación con el maltrato que sufren las personas de este rango de edad.
Se nos rompe el alma cuando en contadas ocasiones escuchamos en las noticias algún caso de maltrato físico hacia nuestros mayores en residencias, donde todos pensábamos que estaban siendo muy bien cuidados. Cruz Roja, hace apenas una semana denunciaba 140 casos de maltrato a mayores en Cataluña. Estas cifras, desgraciadamente, son cada vez más comunes y apenas salen en las noticias. Son espeluznantes sobre todo si pensamos en su aumento a raíz de la pandemia desembocada por la Covid-19.
Maltrato Psicológico hacia los Mayores
[ctt template=»9″ link=»75jVY» via=»yes» nofollow=»yes»]Ni con siglos de tiempo podríamos devolveros los cuidados que nos habéis regalado.[/ctt]
Uno de cada seis personas mayores en el mundo sufre algún tipo de maltrato directamente relacionado con su edad, o provocado por esta. Lo que nos lleva a concluir que hablamos de un problema de primera magnitud en nuestra sociedad, debido al amplio número de personas que lo sufren.
Esto va desde negligencias de familiares responsables en el propio domicilio, hasta de profesionales. Uno de cada seis mayores es maltratado físicamente pero dentro del otro cinco restante encontramos un alto porcentaje que son maltratados psicológicamente con insultos y malas formas, además de una falta inmensa de atención de cariño.
¿Cómo hemos cambiado tanto?
No lo sé, o sí, pero vuelvo a destacar lo ya mencionado: estas cifras siguen aumentando sin ocupar ninguna portada de periódico y sin que se alarme más allá de sentir un “pobrecitos”. A modo de reflexión y añadiendo mi opinión personal, esto puede deberse en gran parte a la sociedad tan individualista en la que nos hemos criado en Occidente. Todo el mundo busca su beneficio propio, alcanzar sus objetivos individuales, buscar la felicidad para uno mismo. De esta forma, cualquiera que parezca que no va a no poder aportarte nada, molesta. Esto provoca una burbuja de malestar y de impaciencia tanto para el cuidador, que no quiere asumir el papel en ocasiones, como para el enfermo. En su extremo acaba desembocando en el maltrato. Hemos crecido en una sociedad donde carece en gran parte la empatía, donde la frase “Mañana podría tocarme a mí” no se toma en serio.
[ctt_author author=»13629″ name=»Jesús Tj» template=»3″ link=»4Qfca» via=»yes» ]Tu felicidad nunca estará completa sin la felicidad de tus semejantes.[/ctt_author]
Pero, qué gran sensación cuando observas a alguien, en un hospital, en un colegio o en un supermercado, que aun trata con cariño a su persona dependiente, que tiene paciencia infinita, que sabe decir “te quiero”. La alegría te recorre por el cuerpo, se llena el corazón de ternura. Y no hace falta que conozcas a esas personas, es más, seguramente nunca las hayas visto, pero te motiva a ser mejor persona, y, por ende, mejor cuidador.
Considero que es necesario tener más ejemplos reales en los que se aprenda la empatía, no solo de forma teórica, si no de forma también visual.
Proclamar el mensaje que desde el cariño todos ganamos, está bien crecer individualmente, pero mucho mejor está crecer como sociedad, y aprender a respetarnos y querernos. Hay que sensibilizar mucho más a la población.
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