Algunas personas mayores con demencia, pueden presentar delirios de perjuicio. Esto es debido a los problemas de memoria típicos de la enfermedad y esto hace comprensible que sufran episodios de confusión mental, lo que provoca un cambio de actitud con tendencia a la suspicacia hacia los demás.
¿Qué son los delirios?
Por definición sabemos que las demencias son un síndrome, es decir que se compone de un conjunto de síntomas que son subjetivos y de signos que son objetivos. Así pues, durante el curso de la enfermedad, las personas manifiestan una serie de síntomas cognitivos y pueden o no expresar alteraciones conductuales. En los casos que aparecen, en principio tienden a generar distrés, confusión y a ser un reto enorme para los cuidadores.
El cuidar a una persona es un proceso de aprendizaje continuo, de ahí que una de las estrategias más efectivas sea conocer la enfermedad y sus manifestaciones, y sobre todo saber cómo prevenir o actuar ante su debut.
Durante el proceso de enfermedad, uno de los motivos de consulta más frecuentes además de los olvidos y de la perseveración del discurso, son los delirios.
Los delirios son una falsa e idiosincrásica idea preocupante y fija, como lo son los falsos sentimientos de suspicacia, agresión y robo. Entonces, las personas con demencia que sufren delirios tienen experiencias de cosas que no son reales y debido a su patología cerebral no pueden controlar la influencia que sus creencias tienen en su comportamiento.
Además, se ha demostrado que los delirios se pueden presentar en algún momento del curso de las demencias, sin embargo, tienden a ser más frecuentes en la demencia con cuerpos de Lewy y en la enfermedad de Parkinson.
Ahora bien, es importante aclarar la diferencia entre delirios y alucinaciones. En las alucinaciones, las personas perciben, interactúan y/o reaccionan ante sensaciones falsas, es decir que ven, escuchan, huelen o sienten cosas/personas que no existen o no están presentes. Mientras que, los delirios se basan en ideas, pensamientos o creencias, que tampoco son reales.
El contenido de los delirios es muy variable, de ahí que se diga “cada persona se enferma con lo que tiende”, es decir que depende de la personalidad, la historia de vida y la identidad cultural de las personas. No obstante, existen condiciones que podemos controlar para prevenir que la persona haga interpretaciones erróneas de algunos hechos, por ejemplo, mantenerla en un entorno con la estimulación necesaria, sin mucha gente, sin ruidos fuertes, en espacios conocidos y no alterar sus rutinas.
Recordemos que las ideas delirantes se caracterizan porque la persona hace una lectura que no encaja en la cultura ni en la manera previa de interpretar las cosas, y dicha idea es irrebatible a los argumentos lógicos. Asimismo es pertinente hacer la distinción entre delirio y delirium, este último término se refiere al proceso agudo del síndrome confusional.
¿Cómo se manifiesta el delirio de perjuicio?
El delirio de perjuicio se puede manifestar de diversas maneras. Una de ellas es que la persona siente que se le quiere perjudicar o hacer daño.
Por ejemplo, conocí el caso de una mujer mayor quien debido a la falta de conciencia de su enfermedad demencial tendía a interpretar que las pastillas que debía ingerir suponían un intento de envenenamiento, también se negaba a comer. Se puede evidenciar que la señora tenia una falsa idea, preocupante y fija sobre la realidad.
También es posible que se de con temas de persecución, engaño, calumnia … etc.
¿Cómo lo podríamos abordar?
A continuación os dejamos unos TIPS con pautas generales de actuación y un ejemplo en referencia al caso comentado anteriormente.
Esperamos que la información os haya resultado útil.
Si deseáis estar informados sobre estos u otros temas relacionados con el cuidado y la atención de las personas con demencia, os recomiendo seguir a Senior Coach haciendo clic en los siguientes enlaces:
Camila Castellanos
Psicogerontóloga en Centre de Dia Vincles
Ayúdanos a mejorar…Escribe aquí tu comentario!