Cómo cuidar la piel de las personas mayores
La piel de las personas mayores es más frágil, seca y sensible que la de los jóvenes, por lo que requiere unos cuidados especiales. En este artículo te damos algunos consejos y recomendaciones para cuidar la piel de las personas mayores, como usar cremas hidratantes, evitar el sol directo, beber mucha agua y tener una buena higiene.
¿Qué características tiene la piel de las personas mayores?
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y cumple funciones importantes como proteger el organismo de las agresiones externas, regular la temperatura corporal, eliminar toxinas y sintetizar vitamina D. Sin embargo, con el paso del tiempo, la piel sufre una serie de cambios que afectan a su estructura y función, como:
- Disminución de la elasticidad: La piel pierde elasticidad debido a la reducción de las fibras de colágeno y elastina, que son las encargadas de dar firmeza y flexibilidad a la piel. Esto provoca que la piel se vuelva más fina, flácida y arrugada.
- Disminución de la hidratación: La piel pierde hidratación debido a la disminución de la producción de sebo y sudor, que son los encargados de mantener la humedad y el equilibrio del pH de la piel. Esto provoca que la piel se vuelva más seca, áspera y escamosa.
- Disminución de la sensibilidad: La piel pierde sensibilidad debido a la disminución del número y la función de los receptores nerviosos, que son los encargados de transmitir las sensaciones táctiles, térmicas y dolorosas. Esto provoca que la piel se vuelva más insensible e incapaz de percibir cambios de temperatura o lesiones.
- Disminución de la cicatrización: La piel pierde capacidad de cicatrización debido a la disminución del flujo sanguíneo y del aporte de oxígeno y nutrientes a las células cutáneas. Esto provoca que la piel se vuelva más vulnerable a las infecciones, las inflamaciones y las úlceras.
¿Cómo cuidar la piel de las personas mayores?
Para cuidar la piel de las personas mayores y prevenir o minimizar los efectos del envejecimiento cutáneo, se pueden seguir una serie de medidas como:
- Usar cremas hidratantes: Las cremas hidratantes son productos que ayudan a mantener la humedad y la elasticidad de la piel, evitando su sequedad y descamación. Se recomienda aplicar una crema hidratante adecuada al tipo de piel al menos una vez al día, preferiblemente después del baño o ducha. Se debe elegir una crema hidratante que contenga ingredientes como glicerina, urea, ácido hialurónico o ceramidas, que son capaces de retener el agua en la capa córnea de la piel.
- Evitar el sol directo: El sol directo es uno de los principales factores que aceleran el envejecimiento de la piel, ya que provoca la degradación de las fibras de colágeno y elastina, la aparición de manchas, arrugas y flacidez, y el aumento del riesgo de cáncer de piel. Se recomienda evitar la exposición al sol directo entre las 10 y las 16 horas, usar protección solar con un factor de protección alto (al menos 30) y renovarla cada dos horas, y cubrirse con ropa, sombrero y gafas de sol.
- Beber mucha agua: El agua es esencial para mantener la hidratación y la salud de la piel, ya que contribuye a eliminar las toxinas, a transportar el oxígeno y los nutrientes a las células cutáneas, y a regular la temperatura corporal. Se recomienda beber al menos 2 litros de agua al día, preferiblemente fuera de las comidas y en pequeños sorbos. Se debe evitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, cafeinadas o azucaradas, ya que pueden deshidratar la piel.
- Tener una buena higiene: La higiene es importante para mantener la piel limpia y libre de impurezas, bacterias y hongos, que pueden provocar infecciones, irritaciones o alergias. Se recomienda lavar la piel con agua tibia y un jabón suave o un gel sin perfume ni colorantes, secarla con una toalla suave sin frotar, y aplicar una crema hidratante después. Se debe evitar el uso de esponjas o exfoliantes abrasivos, que pueden dañar la capa protectora de la piel.
- Tener una buena higiene: La higiene es importante para mantener la piel limpia y libre de impurezas, bacterias y hongos, que pueden provocar infecciones, irritaciones o alergias. Se recomienda lavar la piel con agua tibia y un jabón suave o un gel sin perfume ni colorantes, secarla con una toalla suave sin frotar, y aplicar una crema hidratante después. Se debe evitar el uso de esponjas o exfoliantes abrasivos, que pueden dañar la capa protectora de la piel.
La piel de las personas mayores es más frágil, seca y sensible que la de los jóvenes, por lo que requiere unos cuidados especiales. Estos cuidados son usar cremas hidratantes, evitar el sol directo, beber mucha agua y tener una buena higiene. Siguiendo estos consejos podrás mejorar la salud y la apariencia de la piel de las personas mayores.
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