Antonia G. Cuevas / Ex-cuidadora
La IA y el Alzheimer
Las demencias constituyen, hoy día, unas de las principales causas de discapacidad y dependencia en la población mayor en todo el mundo, siendo la enfermedad de Alzheimer la que representa el mayor número de casos con diferencia y se proyecta que en los próximos 20 años el número de casos aumentará e incluso se duplicará.
A lo largo de los años se han estudiado las características individuales como la inflamación cerebral y la degeneración neuronal como desencadenantes de la demencia pero las causas exactas de la enfermedad aún son un desafío. Los investigadores argumentan que la IA podría abrir una nueva era en el diagnóstico de esta enfermedad que sigue siendo difícil de identificar y tratar.
Las innovadoras tecnologías de la IA podrían acelerar el proceso ayudando a los médicos a diagnosticar el deterioro cognitivo y la enfermedad del Alzheimer antes de que los primeros síntomas comiencen a mostrarse.
La IA plantará cara al Alzheimer
No siempre es obvio cuando los pacientes se encuentran en las primeras etapas de las enfermedades. Las alteraciones en el cerebro pueden causar cambios sutiles en el comportamiento antes de que las personas comiencen a experimentar confusión y pérdida de memoria. Los investigadores creen que la inteligencia artificial podría reconocer estos cambios de forma temprana e identificar a los pacientes con riesgo de desarrollar las formas más graves de la enfermedad.
Detectar los primeros indicios de Alzheimer años antes de que aparezcan síntomas claros podría ayudar a identificar a las personas con mayor probabilidad de beneficiarse de los medicamentos experimentales y permitir a los familiares planificar la atención futura y para los pacientes que ya tienen un diagnóstico, dicha tecnología podría ayudar también a los médicos a realizar ajustes en su atención y una mayor flexibilidad para recomendar intervenciones de estilo de vida prometedoras.
Se puede afirmar por tanto que la inteligencia artificial no solo puede predecir con exactitud quién será diagnosticado de demencia, sino que también tiene el potencial de mejorar la precisión de diagnósticos ayudando a reducir el número de personas a las que se les ha diagnosticado falsamente demencia por error. A menudo, resulta difícil para las personas identificar estos signos en los escaneos cerebrales utilizados hasta ahora, ya que las áreas oscuras y los depósitos de placa pueden ser muy pequeños y difíciles de distinguir para el ojo humano, sin embargo los algoritmos sí pueden hacer un trabajo más pormenorizado y preciso.
Acelerar el proceso
El enfoque tradicional de los investigadores es laborioso y lento, pero la IA tiene la capacidad de analizar toda la información de una vez y encontrar patrones que las personas no pueden detectar. Las técnicas actuales para identificar la enfermedad son costosas y complicadas. Las personas que presentan síntomas pueden someterse a pruebas como la punción lumbar o la exploración por TEP para evaluar los niveles de amiloide y la proteína Tau, pero estas pruebas son costosas y pueden llevar semanas.
Con las nuevas tecnologías este análisis se puede obtener en apenas diez minutos. Ahora bien, aunque las herramientas de la IA han demostrado ser efectivas en pruebas clínicas, pueden enfrentar desafíos en situaciones del mundo real ya que los datos médicos son limitados y privados, lo que significa que la IA cuenta con menos información para aprender. No obstante, la investigación en torno a la IA y el Alzheimer continúa avanzando y podría tener un impacto significativo en el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad en el futuro.
Respecto a la rama de las patologías de demencias, según numerosos expertos, en aproximadamente cuatro o cinco años la mayoría de los servicios de psiquiatría contarán de forma normalizada con un refuerzo basado en la IA que les permitirá diagnosticar con mayor eficacia a los pacientes y ofrecerles un tratamiento verdaderamente personalizado. Además, a través de esta herramienta, se podrá decidir qué fármaco y dosis son las idóneas para cada paciente, así como predecir los posibles efectos secundarios que tendrá cada medicamento en función de las características biológicas de cada persona.
Proceso de adaptación
A medida que la IA adquiere mayor presencia en nuestro día a día, comienza a considerarse su aplicación para la toma de decisiones trascendentales vinculadas con la medicina y en general en la vida de las personas. Todo esto plantea una serie de desafíos morales y éticos que deberemos ir analizando al mismo tiempo que esta tecnología ocupa una posición relevante en nuestra sociedad.
La inteligencia artificial se convertirá sin duda en una poderosa herramienta en manos de los médicos para ayudar a hacer o verificar un diagnóstico, adaptar el tratamiento a un paciente individual o para ofrecer un pronóstico. Pese a ello, no se trata de preguntar directamente al doctor IA acerca de un diagnóstico definitivo de forma aislada y sin intervención de un médico. La IA no puede ni debe reemplazar completamente al médico humano.
ChatGPT
La realidad es que ChapGPT responde a preguntas de seguimiento, admite sus errores, cuestiona premisas incorrectas y rechaza solicitudes inapropiadas, con lo que hace el trabajo de investigación y reporte mucho más fácil, pero debe dejarse el trabajo de valoración final en las personas especialistas. La intersección entre Neurociencia y la Inteligencia Artificial abre una frontera particularmente emocionante y prometedora.
El potencial de la IA en el campo de la medicina ha hecho que muchas empresas trabajen en la creación y desarrollo de nuevas herramientas iniciando un abanico de posibilidades apasionante.
La confluencia de avances en tecnologías de biosensores junto a mejoras en los mecanismos de prestación de atención médica y mejoras en el aprendizaje automático, unidos además a una mayor conciencia de la monitorización remota de los propios pacientes, ha acelerado el impacto de la salud digital en casi todas las disciplinas médicas.
Nos encontramos pues, al borde de una nueva revolución tecnológica impulsada por la digitalización y sobre todo, por el desarrollo y la aplicación en múltiples campos de la IA. Se trataría de un tipo de tecnología que ha desarrollado la capacidad de aprender y actuar en respuesta al entorno, una nueva ciencia que simula un proceso mental que permite a las máquinas tomar decisiones y realizar tareas que originalmente son propias del ser humano. Todo ello es posible gracias a algoritmos inteligentes capaces de reconocer y analizar datos no estructurados para convertirlos en información relevante.
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La identificación de los presíntomas
Se dispone así por ejemplo de estudios en el ámbito del Alzheimer y otras demencias cuya experiencia nos ha llevado a observar que el lenguaje es una variable fundamental a la hora de identificar los primeros síntomas de la enfermedad.
A través de la IA se han creado plataformas digitales que pueden analizar una conversación natural que los médicos especialistas mantienen con sus pacientes a través de algoritmos muy complejos y recursos informáticos y computaciones que permiten procesar el lenguaje y estudiar diferentes parámetros, sintaxis, morfología, léxico, sonidos, etc. permitiendo evaluar el habla espontánea de forma exhaustiva en búsqueda de signos de aparición de Alzheimer para poder hacer así un diagnóstico precoz.
Detectar signos de Alzheimer 20 años antes
También los investigadores han desarrollado un algoritmo capaz de reconocer uno de los primeros signos de la enfermedad: la disminución del consumo de glucosa en el cerebro. Hoy en día, realizar una prueba para detectar la enfermedad de Alzheimer podría ser tan simple como controlar la vista en el futuro. Una empresa ha desarrollado un algoritmo de inteligencia artificial que, según afirma, puede analizar escaneos oculares y detectar signos de Alzheimer hasta 20 años antes de que aparezcan los síntomas.
Otra aplicación de la tecnología y la innovación que ya se está utilizando es el uso de la realidad virtual y el 5G para permitir una rehabilitación a distancia en personas que la necesitan. En esta línea, los especialistas confirman que se están desarrollando tratamientos pioneros personalizados que facilitarán la terapia en remoto guiada por un fisioterapeuta.
Un nuevo biomarcador
La IA también ha desarrollado un nuevo biomarcador para estudiar el Alzheimer, se trataría de estudiar la diferencia entre la edad cronológica y la edad cerebral biológica calculada a partir de técnicas de neuroimagen proporcionando una estimación sobre si el cerebro ha envejecido más rápidamente de lo esperado demostrando la validez y relevancia en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
Con todas estas novedades y las que llegarán sin duda gracias a las nuevas tecnologías y a la IA se abre una nueva ventana a la esperanza que con el tiempo y el empeño desarrollado por los investigadores nos llevará sin duda por fin a una posible cura definitiva de la enfermedad del Alzheimer o al menos, por el momento, a conseguir una mejor calidad de vida de estos pacientes.
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