Pruebas que se pueden hacer para evaluar cognitivamente a personas con posibles demencias.

Test Alzheimer: Evalúa la Memoria y Detecta Signos Tempranos
En esta categoría encontrarás información sobre diferentes pruebas y test para la detección del Alzheimer y otras demencias. Descubre cómo evaluar la memoria y las funciones cognitivas desde casa con test online o con la ayuda de profesionales médicos especializados.
Si tienes dudas sobre tu salud cognitiva o la de un ser querido, consulta nuestra guía sobre pruebas para evaluar posibles demencias y accede a recursos útiles para un diagnóstico temprano.
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Recientemente, un equipo de investigación de la Universidad Florida Atlantic , sugiere un nuevo método de diagnóstico, que sólo toma de tres a cinco minutos para determinar el tiempo un sujeto sufre de demencia. Lo llamaron Quick System Dementia Rating (QDRS), y se basa en la metodología científica, la evidencia, la validez y fiabilidad de separar los pacientes con y sin demencia, en un menor tiempo.
El uso práctico de este test permitiría detectar el Alzheimer durante un control médico rutinario antes de que la enfermedad se desarrolle, y sin necesidad de recurrir a las pruebas actuales de Tomografía por Emisión de Positrones, PET, y extracción de líquido cefalorraquídeo, dos procedimientos complejos y dolorosos.
App Gratuita Indices de Dependencia
‘Índices Dependencia’ es una nueva aplicación diseñada en Granada por la empresa Grupo Trevenque que recoge todos los índices que se utilizan para evaluar la pérdida de memoria o el nivel de dependencia de una persona. Está dirigida a cuidadores y familiares con personas a su cargo, y sirve para la detección precoz de enfermedades como el alzhéimer u otras demencias relacionadas.
Índices Dependencia (puedes descargarla del siguiente enlace) es la herramienta móvil que le permite calcular los principales valores funcionales, psicoafectiva y socio-familiar de los usuarios o pacientes de residencias, centros de día, ayuda domiciliaria, etc.
Incluye los 8 indicadores consensuados por profesionales del sector de Trabajo Social: Barthel, Lawton, Test de Zarit, Índice de esfuerzo del cuidador, Escala Gijón, Cuestionario de Pfeiffer, Depresión Geriátrica de Yesavage y Valoración Cognoscitiva de Lobo.
[button type=»clock» url=»https://wp.me/p2Sl2D-725″ color=»blue» align=»left»]Test y mediciones cognitivas, neuropsiquiátricas y funcionales[/button]
Considero la enfermedad de Alzheimer (EA) como una de las más duras para la persona afectada y su entorno. Desde las primeras manifestaciones como tal enfermedad el camino es largo, exigente para la persona y su entorno, tanto familiar como social, siendo cada vez más evidente que el conocimiento del proceso por todos, desde la persona afectada a la sociedad en general, es clave para amortiguar los efectos de su desarrollo. En esto me parece fundamental la labor desarrollada por instituciones como kNOW ALZHEIMER, cuya página web os invito a visitar.
Las primeras consultas por este proceso suelen ocurrir cuando una persona o familiar acude por algunos olvidos, perdida de facultades, cambios de carácter o muy frecuentemente por la noticia de que a un conocido se le ha diagnosticado la EA. Serian los primeros síntomas de alarma que la Alzheimer´s Association ha definido en el siguiente listado:
Que podéis ver en el siguiente video:
Cuando alguno de estos síntomas está presentes en una persona es recomendable acudir a su médico de Atención Primaria para evaluar y establecer un plan de cuidados y seguimiento por los profesionales más adecuados.
Como ninguno de los síntomas es clave para asegurarnos su presencia, actualmente el diagnostico de la EA es fundamentalmente clínico, basado en la entrevista clínica y la exploración. Y dado que tiene un carácter progresivo es posible que el diagnostico se realice en las fases precoces o en fases avanzadas.
No disponemos de un “test de evaluación del conocimiento” que sea totalmente fiable para el diagnóstico, los existentes tienen muchas limitaciones estando influenciados por la edad, el sexo, el nivel cultural, educativo e incluso social. Los más utilizados son el Mini-Mental State Examination y el examen cognitivo de Lobo, que carecen de evidencia científica para aplicar como test de diagnostico o cribado a la población mayor de 65 años . En mi práctica clínica utilizo mucho la información que puede aportar el familiar o la persona que le cuida , a los cuales les entrego el test del informador (enlace alternativo) para que compare como era el familiar hace 5 o 10 años y como lo es en el momento actual que parece presentar un deterioro de la memoria, siendo el resultado de este test independiente de la inteligencia previa, el nivel de escolarización y de la edad. A la vez lo utilizo esta información como una herramienta de observación y seguimiento del paciente para estar alerta respecto a aquellos aspectos que nos pueden dar la clave para diferenciar el deterioro mental asociado a la edad de los síntomas de EA, y que se refiere en la siguiente tabla de la Alzheimer´s Association
Como en otras enfermedades crónicas y complejas no conocemos la causa exacta, si se han identificado algunos factores de riesgo que están relacionados con el desarrollo de la EA pudiendo realizar recomendaciones para eliminar algunos de estos factores y promover algunos factores de protección frente al deterioro cognitivo.
Poco podemos hacer frente a alguno de los principales factor de riesgo no modificables de desarrollo de una demencia como son la edad, a partir de los 65 años los casos se duplican cada 5 años, y el sexo femenino.
El nivel educativo bajo aparece como uno de los factores de riesgo más presentes en los estudios realizados, por ello elevar el nivel educativo de la población general debe ser una prioridad en la promoción de la salud.
Prevenir y tratar adecuadamente la obesidad, la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol elevado repercutirá en la menor posibilidad de tener enfermedad cerebrovascular y del posterior desarrollo de demencia.
Otros factores considerados de riesgo para la EA son las alteraciones del tiroides, la depresión o el aislamiento social.
Y como factor protector se considera tener “hábitos de vida saludable”, que venimos tratando en el blog y que ya sabemos seria no fumar, evitar el consumo excesivo de alcohol, realizar ejercicio físico de forma regular y llevar una alimentación sana y equilibrada, especialmente para la EA se recomienda que sea baja en grasa y alta en omega-3, vitamina B12. ácido fólico y antioxidantes, cuyo prototipo lo podemos encontrar en la dieta mediterránea.
Francisco Carlos Carramiñana Barrera – Blogs Hoy Médico de familia en el Centro de Salud de San Roque de Badajoz
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Según investigadores británicos una nueva prueba, llamada «Pruebe su memoria» o TYM por sus siglas en inglés, que evalúa la capacidad cognitiva, y que puede aplicarse uno mismo, parece ser más rápida y precisa que pruebas actuales para detectar la demencia temprana.