Con esta nota de pacotilla, La Jornada falta a las reglas fundamentales del periodismo científico y, sin proponérselo, consigue que parezcan nimios los defectos de las coberturas que analizamos a partir de los artículos del New York Times y de Clarín. Dicho esto…
Fármacos para el Alzheimer y otras demencias
Los fármacos para las demencias son medicamentos que se usan para tratar los síntomas cognitivos, conductuales y funcionales de las enfermedades que afectan al cerebro, como el Alzheimer, el Parkinson, la demencia vascular o la demencia frontotemporal. Estos fármacos no curan la demencia, pero pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores, al retrasar el deterioro y aliviar las alteraciones del ánimo y la conducta.
Los fármacos para las demencias se pueden clasificar en dos grupos principales:
- Los inhibidores de la colinesterasa: son fármacos que aumentan los niveles de acetilcolina, un neurotransmisor que participa en la memoria y el aprendizaje. Los más usados son el donepecilo, la rivastigmina y la galantamina. Estos fármacos se indican para el tratamiento de la demencia leve a moderada, especialmente la de tipo Alzheimer. Pueden mejorar el rendimiento cognitivo, la capacidad funcional y el comportamiento de los pacientes. Los efectos secundarios más frecuentes son gastrointestinales, como náuseas, vómitos o diarrea.
- La memantina: es un fármaco que actúa sobre los receptores del glutamato, otro neurotransmisor implicado en la memoria y el aprendizaje. La memantina se recomienda para el tratamiento de la demencia moderada a grave, especialmente la de tipo Alzheimer. Puede retrasar el avance de la enfermedad y reducir los síntomas conductuales, como la agitación o la agresividad. Los efectos secundarios más comunes son cefalea, mareos o confusión.
El tratamiento farmacológico de la demencia debe ser individualizado y supervisado por un médico especialista, que evalúe los beneficios y los riesgos de cada fármaco, así como su interacción con otros medicamentos o enfermedades. El tratamiento debe iniciarse lo antes posible y mantenerse mientras sea efectivo y tolerable. Además, debe complementarse con otras medidas no farmacológicas, como la estimulación cognitiva, el apoyo psicológico y social, y el cuidado de la salud física.
Si quieres saber más sobre los fármacos para las demencias, puedes consultar las siguientes fuentes:
Neurim Pharmaceuticals anuncia resultados positivos de Circadin® en pacientes con la enfermedad de Alzheimer
«Estamos encantados con los datos alentadores que demuestran la eficacia y seguridad de añadir Circadin(R) durante 6 meses en el funcionamiento cognitivo y sueño en pacientes con Alzheimer entre leve y moderado.
Convocan el I Master en Terapias No Farmacológicas en Demencias
Las enseñanzas del Máster Universitario en Terapias no Farmacológicas en Demencias se focalizan a optimizar el rendimiento de cuidados, fármacos e intervenciones no farmacológicas en personas con demencia y sus cuidadores. También incluye áreas para ayudar a los profesionales que día a día trabajan con estos colectivos.
Encuentran un nuevo blanco para frenar la enfermedad de Alzheimer
La investigación de Chen fue motivada por el reciente fracaso en los ensayos clínicos de prometedores fármacos para el Alzheimer que están siendo desarrollados por compañías farmacéuticas. «Se han invertido miles de millones de dólares en años de investigación previos a los ensayos clínicos de medicamentos de Alzheimer, pero no pasaron la prueba al empeorar de forma inesperada los síntomas de los pacientes», subraya Chen.
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Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han descubierto por primera vez una posible correlación genética que podría explicar que afectados por enfermedades del sistema nervioso central como el Alzheimer, el Parkinson o la esquizofrenia tengan menos riesgo de cáncer, al identificar casi un centenar de genes como posibles responsables de esta asociación. […]