Echo de Menos Ciertas Cosas
Echo de Menos Ciertas Cosas. Tu sonrisa vacía, tus ojos mirando al vacío, tu memoria perdida entre las nubes intentando buscar esos recuerdos que ya se han perdido.
Sentado en el sillón, sin nada que hacer, sólo pasando las horas, esperando a que alguien te diga algo para reaccionar y salir de tu mundo de fantasía, en el que no sé si eres tú o no. Y nadie puede responderme a esta pregunta.
Antes movías la ropa, escondías las llaves en cualquier sitio, cambiabas de sitio los cojines o las sillas por algún objetivo que no consigo saber. Intentar frenarte en aquella etapa era asfixiante y una tortura psicológica, cuando tenía que repetirte 1.000 veces diarias que ésta, era tu casa. Por mucho que quiera saber de tu enfermedad, no consigo entender cómo ha llegado tu mente a perder tanta información, que poco a poco se van deteriorando tus neuronas, que te roba todos los recuerdos.
A veces tengo que darte de comer porque no recuerdas para qué sirve la cuchara. Por suerte, otros días en los que parece que conectas y coges la cuchara y vas comiendo tú solo aunque se derrame la sopa, entre el camino del plato a la boca.
Aunque tú no lo sepas, yo sí sé quien eres
Y me alegra haberte conocido, y NO quiero perderte, pero verte así es muy doloroso, porque yo sí sé quién eres tú! Eres un hombre fuerte, amoroso, detallista en las cosas más imperceptibles, tenaz e introvertido, un gran guerrero, luchador por la igualdad y los derechos de todos los seres. Un hombre valiente al que muchos admirarían si conocieran toda tu historia y por lo que has tenido que vivir.
Las personas que hoy te rodean son profesionales socio sanitarios y sólo conocen de ti lo que se escribe en el parte médico, pero tú eres mucho más que tu maldita enfermedad.
Echo de menos ciertas cosas, y por muy duro que fuera el proceso de la primera y segunda etapa de esta terrible enfermedad del olvido, a veces quisiera que me preguntaras: «quién eres tú?» Ahora, que ni siquiera me miras, que los momentos de lucidez cada vez escasean más, ahora, es cuando te echo de menos.
Pero aunque parezca contradictorio, en esta fase de inacción por tu parte, me da un respiro, y aunque parezca egoísmo, una parte de mí se alegra de esta etapa, ya que no percibo tu ansiedad, te noto tranquilo en tu ausencia.
Ahora son las carícias y los besos son nuestro principal idioma. Y yo sé que tú sabes que estoy aquí.
Entradas relacionadas:
https://alzheimeruniversal.eu/2011/11/23/cartas-del-alzheimer-a-mi-madre-carta-melilia/
Carta para el Sr. Alzheimer, por Evelyn Estefania Pascualetti Pizzio
Marialuisa dice
Mayte leeo y me parece que soy yo la que estoy escribiendo eso !!! Nadie los conoce más que nosotrxs ellos también. Dentro de lo más profundo ..allá muy adentro de su cerebro les queda algo que no se olvidan .. y es el de quien los amo !!
Mayte dice
Muchísimas gracias Marialuisa! Es un honor para mí poder escribir y que me permitan publicarlo desde aquí.
karina dice
identificada 100% gracias! tal cual así me siento. otra vez gracias
karina
Mayte dice
Muchas gracias Karina