Tú (Quiero que leas)
Tú, cuidador o cuidadora que vela por cada uno de los gestos del familiar al que cuidas…
Que a veces pierdes los nervios, pero es porque eres humano y tienes sentimientos. Y no por ello debes rendirte, ni frustrarte.
A ti, que has sido capaz de hacer cosas que otros, ni siquiera hubieran soñado.
Eres fuerte. Tanto, que a veces pareces ser indestructible.
Un individuo especial. Un ser valioso y un verdadero amigo fiel.
Tú. Sí. Tú. No seas tan intolerante contigo mismo.
El camino hasta aquí ha sido duro, pero lo has hecho lo mejor posible.
Quizás lleguen tiempos en los que caigas. No te preocupes antes de tiempo. Sabrás hacerlo muy bien.
Deja de ser tan responsable. Tan consecuente.
Tú que estás allí cuando te necesitan, aprende a decir NO de vez en cuando, porque debes aprender a cuidar de tu propia salud.
Tú. Tan peculiar como auténtica. Íntegra y responsable.
Para ti, quiero regalarte lo mejor que tengo: mi bendición y mi amor. Sí. Porque te quiero y quiero que lo sepas.
No seas tan exigente contigo o los remordimientos no te dejarán avanzar.
A ti, que a veces, con una sola gota se te derrama el vaso.
Y que, sin embargo, eres capaz de nadar a diario entre las turbias aguas del delirio.
Ten fe. Hay una causalidad para cada casualidad.
Cada problema tiene una solución, aunque no sea la respuesta que esperas.
Eres la persona más idónea para cuidar.
Aun con eso, debes aprender a delegar un poco más, para no acabar ahogada en el mar del olvido.
Quiero que todo te vaya bien.
Que todas las piedras que encuentres en el camino, sean simples guijarros redondos, para que, además, los puedas pintar.
Por fin has llegado a esta nueva etapa, y tú puedes con ella.
Tú. Sí. Tú. Que con esmero preparas las comidas.
Quien controla la economía, los gastos que conlleva esta enfermedad y las necesidades de tu familiar.
Que te esfuerzas cada día. Que con valor te enfrentas al olvido.
Tú que das todo el amor que puedes dar. Tienes ese don de hacer reír y también llorar.
Que sabes exactamente dónde te duele, y que, aun así, a veces te maltratas. Y lo sabes.
Te exiges tanto, que llegas a la extenuación.
Déjate ir. Déjate guiar por tus instintos, para que puedas aprender de los errores.
Recupera tu poder, esto sólo ha sido un bache, aún queda mucho camino por recorrer.
Toma un descanso si lo necesitas y después, cuando recuperes las fuerzas, levántate y ofrécele la mayor de las sonrisas a la vida.
Eres un ser único y maravilloso e indispensable para alguien, aunque aún ni lo sepas o no te des cuenta.
Tú que me lees, que estás tras estas palabras, recógelas todas y mírate al espejo.
Y repite como un mantra, todas y cada una de las frases que sólo tú te mereces.
Diálogo con mi espejo
©️Mae
Elys dice
Gracias excelente leer esto me dio otro impulso,xq a veces creo q voy a fallar y quizás el miedo me domina ..pero gracias hoy aprendí q si puedo.
Jesús Tj dice
Mucho ánimo, en esta vida, con casi todo se puede!!
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