Considerar la opción de vivir en una residencia es una alternativa cada vez más interesante a tener en cuenta, tanto si se trata de nosotros mismos, en un futuro no muy lejano como si se trata de nuestros familiares mayores, con o sin demencias y/u otras patologías asociadas al Alzheimer o al propio envejecimiento.
Las sociedades cambian y van evolucionando y afortunadamente vamos dejando atrás mitos y tabúes igual de arraigados que dañinos y que, por lo general, no hacen más que entorpecer una necesaria planificación de lo que va a ser nuestra vida o la de nuestros familiares llegado, cada día más próximo, el momento.
La opción residencia
A la hora de tomar esta decisión, ante todo, debe primar el bienestar y la calidad de vida que estas residencias pueden ofrecernos, por eso, para tener la seguridad de que las personas estarán bien atendidas, antes de decidirse por una residencia u otra es importante visitarlas, confirmar que cuentan con todos los requisitos establecidos, que sus instalaciones están preparadas para la especificidad de la enfermedad que se trate, hablar con los profesionales que la atienden.. en definitiva, cuanta más información más seguridad en la decisión que se toma y sobre todo, que sus instalaciones estén perfectamente preparadas para atender a las necesidades específicas que estamos buscando.
En este sentido https://miresi.es te ofrece toda una red de residencias a nivel nacional y la información necesaria sobre las características de las mismas, facilitando así una planificación personalizada de lo que será, en años venideros, nuestra vida o la de nuestros mayores en estas estancias.
Es un hecho que cada vez son más numerosos también los casos en que, haciendo uso de las herramientas legales de que dispone el sistema legislativo actual, la propia persona decide sobre cómo y dónde quiere vivir sus últimos años de vida, nos referimos a los poderes notariales preventivos a través de los cuales y antes de que la enfermedad merme nuestras capacidades mentales, se pueden prever cuáles son nuestros designios y preferencias. Como decíamos antes, las sociedades van evolucionando a la par que van cambiando las formas y costumbres de vida de sus integrantes. Hoy en día nos encontramos que en la mayoría de las familias los dos miembros de la pareja trabajan fuera de casa y la conciliación con el cuidado de nuestros mayores se dificulta si no se vuelve imposible, máxime si tenemos en cuenta el inevitable agravamiento del deterioro físico y mental que conlleva enfermedades tan devastadoras como el Alzheimer.
Son muchos también los casos, cada vez más, en que los propios cuidadores, a través de su propia experiencia como tal, no quieren en un futuro ser una carga para sus propios hijos y en plena conciencia de su voluntad deciden esta opción de la residencia como la mejor para vivir con tranquilidad la última etapa de sus vidas.
En cualquier caso, todas las residencias ofrecen unos servicios básicos, como atención médica y nutricional, a los que se pueden añadir otros complementarios, como fisioterapia, talleres de estimulación cognitiva, programas para la integración social y otros servicios diversos, como peluquería o pedicura.
En el momento de decidir por qué servicios complementarios optar, es conveniente tener en cuenta el grado de dependencia del enfermo y las condiciones físicas y mentales de la persona si padece Alzheimer, pero también sus gustos previos y su actitud actual hacia las actividades que se desarrollan en la residencia. Es importante pedir también toda la información que se necesite sobre las actuaciones y servicios médicos que ofrecen los profesionales de la misma residencia.
También es importante tener en cuenta que dentro de la oferta de residencias, existen diversas opciones. Algunas ofrecen tanto estancias temporales como permanentes, pero siempre de 24h diurnas y nocturnas. Las estancias temporales pueden ser usadas como un periodo de respiro para el cuidador, un tiempo para descansar física y mentalmente, pero también como una etapa de prueba inicial antes de decidir sobre si la residencia es el recurso que necesita el cuidador y la persona con Alzheimer en ese momento.
De una manera o de otra, no cabe duda de que la opción residencia en la época actual está tomando una relevancia importante al desechar los prejuicios que hasta ahora no han hecho más que añadir cortapisas en la difícil tarea de cuidar de nuestros mayores mayores enfermos o de planificar nuestro futuro próximo de la manera más conveniente o acertada posible.
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