El criterio siempre es que la decisión de informar o no del diagnóstico provoque más beneficio que daño, por un lado, y en términos éticos considera el derecho que tiene toda persona de conocer su diagnóstico para, entre otras cosas, tomar decisiones importantes sobre sí misma y su futuro, mientras está capacitada para ello: temas legales, patrimonio, por quién y cómo quiere ser cuidado, tratamientos, etc. Esto debe ser evaluado por los familiares asumiendo que la persona necesitará apoyo y contención una vez se le dé la información.
Comunicación del Diagnóstico y Expectativas Familiares (Primera parte)
Comunicación del diagnóstico y expectativas familiares (I) Informar a los pacientes que tienen la enfermedad de Alzheimer presenta desafíos especiales para el médico, el paciente y el núcleo familiar. Algunos médicos -incluso los más experimentados- encuentran difícil comunicar noticias potencialmente devastadoras. Muchos pacientes no son conscientes de que tienen un problema de memoria e incluso […]