¿SE DEBE COMUNICAR EL DIAGNOSTICO EN EL ALZHEIMER? PROBLEMÁTICA ÉTICA
José García Férez
Profesor ayudante en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas. Secretario de la Cátedra de Bioética y del Máster de Bioética de dicha Universidad. Profesor de Bioética en el Centro de Humanización de la Salud.
La enfermedad de Alzheimer es una de las más terribles patologías que puede sufrir un ser humano: primero por su carácter irreversible e incurable; segundo por su cronicidad y tercero, por ser una dolencia que va poco a poco destruyendo a la persona y apartándola de sí misma y de los demás. Por ello, asumir el riesgo de comunicar el diagnóstico de esta enfermedad entraña un complejo dilema moral: decir o no decir a la persona enferma lo que tiene.
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Esta controvertida cuestión debe ser abordada desde un planteamiento ético fundamental no exento de crítica y revisión continuas. Para ello partiremos de unos preliminares éticos como son la importancia de la ética en la toma de decisión clínicas,los valores y actitudes morales que rigen la práctica profesional médica y el derecho que tiene todo paciente a ser informado y consentir sobre lo que se le debe o no hacer. Para asumir esta toma de decisiones tendremos en cuenta que no existe una fórmula milagrosa ni universal y que es necesario articular la solución desde los cuatro principios básicos de la bioética (principios de no-maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia) y cómo afectan cada uno de ellos a los interlocutores implicados en el caso concreto. Finalmente se tratará de ofrecer una reflexión breve sobre lo que podría denominarse “práctica correcta” y la excepcionalidad que en algunas ocasiones en dicha práctica, así como un llamamiento a lo que se puede considerar el culmen de la profesión sanitaria: la búsqueda de la excelencia.
Esta controvertida cuestión debe ser abordada desde un planteamiento ético fundamental no exento de crítica y revisión continuas. Para ello partiremos de unos preliminares éticos como son la importancia de la ética en la toma de decisión clínicas,los valores y actitudes morales que rigen la práctica profesional médica y el derecho que tiene todo paciente a ser informado y consentir sobre lo que se le debe o no hacer. Para asumir esta toma de decisiones tendremos en cuenta que no existe una fórmula milagrosa ni universal y que es necesario articular la solución desde los cuatro principios básicos de la bioética (principios de no-maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia) y cómo afectan cada uno de ellos a los interlocutores implicados en el caso concreto. Finalmente se tratará de ofrecer una reflexión breve sobre lo que podría denominarse “práctica correcta” y la excepcionalidad que en algunas ocasiones en dicha práctica, así como un llamamiento a lo que se puede considerar el culmen de la profesión sanitaria: la búsqueda de la excelencia.
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