La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia a cualquier edad. La sospecha inicial viene dada por una alteración en la memora reciente que advertimos porque el paciente esta muy reiterativo, formulando las mismas preguntas, como si no nos hubiera escuchado. Ésta es la forma de presentación más frecuente, aunque existen otras variantes en las que se afectan más tanto el lenguaje como las capacidades de “rastreo visual”.
Si éste es el escenario que tenemos, lo primero que hay que hacer es consultar al médico de Atención Primaria, que hará una valoración inicial y solicitará la analítica básica con perfil tiroideo, vitamina B12, ácido fólico y serología de sífilis (en zonas donde sea prevalente) para tratar de descartar causas potencialmente reversibles.
Después se solicitará la valoración de un neurólogo/geriatra/psiquiatra, según el ámbito sanitario que sea el responsable de la valoración de este tipo de patología. En este nivel se podrán efectuar tanto exploraciones cognitivas un poco más amplias, según la disponibilidad de tiempo, y pruebas de imagen cerebral, como una TAC o una resonancia magnética así como una SPECT cerebral.
En caso de dudas diagnósticas, casos de inicio muy juvenil o casos familiares, entre otros, se podrá optar en algunos ámbitos a una valoración por los especialistas en Neurología de la Conducta, que podrán acceder a un arsenal diagnóstico más detallado para llegar a conclusiones en pacientes complicados. Se podrá realizar consejo genético en casos familiares y la posibilidad de determinaciones genéticas. En Unidades más especializadas, se podrán realizar punciones lumbares con determinación de biomarcadores, imágenes de función cerebral como PET, etc., a fin de lograr una mejor aproximación.
El problema radica cuando el paciente carece de conciencia del problema y nos encontramos con un rechazo frontal a acudir a los médicos a pesar de la insistencia de los familiares. En ocasiones, este dilema se solventa comunicando al paciente que va a someterse a una revisión rutinaria, sin especificar que se trata de una valoración de su memoria. El hecho de que el paciente logre empatía con el primer especialista con el que contacta es crucial para garantizar el seguimiento clínico, y eso depende enteramente del médico.
En casos extremos se procede a valoración domiciliaria, no articulada actualmente desde los servicios públicos de salud.
Dra. María Sagrario Manzano Palomo
Neuróloga. Hospital Infanta Cristina (Parla, Madrid)
Secretaria del Grupo de Demencias de la SEN
Comité Científico kNOW Alzheimer
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