Cuando los cuidadores dicen: Buf !
“Buf ! No sé cómo explicarte”. “Esto es muy duro.” “Hay muchos ratos que no sé cómo actuar.” “Hay días que no puedo más.” “No sé si lo estoy haciendo bien.” “No sé si esto es lo correcto.” “Por qué está pasando esto.” O un simple “Bien, como siempre”. Son las frases habituales que escuchamos los cuidadores “profesionales” de vosotr@s los cuidadores “familiares o informales” que estáis quemados o bien que cuidáis de un familiar con dependencia, especialmente los afectados de algún tipo de demencia.
De “vosotr@s” aún tenemos mucho que aprender y quizás por eso cada vez más centros se están especializando en la “AICP” o sea en la “Atención Integral Centrada en la Persona”, los profesionales, nos hemos dado cuenta (por fin), de que vuestra labor va mucho más allá de lavar, atender y/o entretener al enfermo de Alzheimer (y de otras dolencias, claro). Ahora cuidamos con más atención en la persona: quién es, en la persona que ha sido y la que se convertirá. Nuestra labor va más allá de la prevención o la atención, la virtud de cuidar con calidad desde el amor al prójimo es un principio que deberíamos tener todos los “cuidadores profesionales”, en esta definición quisiera implicar a todos los profesionales socio sanitarios ya sean médicos, enfermeros, trabajadores sociales y un largo etcétera de profesionales vinculados. Muy pocos de ellos serían capaces de dejar su trabajo o intentar compaginarlo con el cuidado de un familiar suyo, como lo hacéis muchos de vosotros.
¿Cómo podríamos mejor la calidad de los cuidados “profesionales”?
Primero de todo creo que os deberíamos “escuchar” de verdad, conectando realmente con lo que sentís, entendiendo de verdad que detrás de cada: “-Bueno, vamos tirando!” hay un gran dolor emocional al ver la pérdida de memoria tan fulminante que se está llevando esta enfermedad. Pero no somos dioses y por desgracia, la empatía es un sentimiento que no todos tenemos desarrollado y la buena ética profesional a veces brilla por su ausencia, por eso, en mi humilde opinión, considero que ya que nosotros no nos podemos poner en vuestra piel, debéis ser vosotros los que alcéis la voz y pidáis ayuda directamente, ya sea a vuestros familiares, a los equipos de atención sanitaria o a los de servicios sociales, si no pedís ayuda, no se os concederá, sólo a través de la ayuda mutua entre los dos grupos, podremos cuidar de verdad.
Mayte, auxiliar de atención domiciliaria
Silvia Varela de Oudri dice
Totalmente de acuerdo!!!
Yo siempre tengo esas respuestas…yo digo: «tirando, que no es poca cosaaaaa! !!!!!»
Gracias!
Grace dice
Se intenta, pero nadie escucha, desde los familiares más cercanos, hasta el sistema. En mi país, los médicos del centro más cercano, hacen visitas domiciliares a los enfermos encamados. Llegaban cada cuatro mese a mi casa a examinar a mi madre. A pesar que de mi aspecto iba manifestando claramente mi deterioro físico, nunca siquiera me preguntaron cómo me sentía yo. Una vez le comenté a la doctora que me estaba sintiendo mal últimamente, le conté que durante las pocas horas en que me podía entregar al sueño, se me dormían las manos y las piernas y que sentía un fuerte ardor en la superficie de la piel de los miembros inferiores, lo que hacía que tuviera que levantarme a caminar varias veces por la casa, para que la molestia pasara. Me dijo que sacara una cita y que fuera a consulta. Ella no tomó en cuenta que para sacar una cita, yo tendría que dejar sola a mi madre, desde las 4 am, seguramente hasta las 7:30 u 8 am, para hacer fila, porque el centro abre a las 7:30am. Además, que no contaba con alguien que cuidara de ella, cuando tuviera que asistir a la cita. Así se pasaron los seis años que tardó el proceso de la enfermedad de mi madre y nunca pude sacar la dichosa cita. Hace tres meses que ella se fue al cielo y es hasta ahora que puedo ser atendida por un médico, quien me recrimina el haberme abandonado durante tantos años, con ese problema. ————- Ahora, en la situación personal que quedé después de la muerte de mi madre, pienso, que si es en el especto tan importante como es la salud, no había voluntad para hacer visible al cuidador de un familiar enfermo, qué podría esperarse de otro tipo de apoyo? Y el asunto no termina ahí, ahora me doy cuenta de que no existo para mi familia, ni para la sociedad, ni para el sistema, que no me permite reintegrarme, porque estoy desactualizada. Los rastros de mi vida se perdieron en el tiempo y me doy cuenta de que ahora no soy nadie, estoy peor que mi madre, porque ella ahora no necesita nada y yo necesito una vida para vivirla, por el tiempo que me quede en este mundo y no veo nada, me desconecté del mundo por seis años y el mundo se apagó para mí definitivamente. Qué soy ahora?? Ni siquiera soy basura, porque la basura se recicla.