Causas y tratamientos del estreñimiento
El estreñimiento es un problema muy común entre las personas mayores, que puede afectar a su calidad de vida y a su salud. El estreñimiento se define como la dificultad o la infrecuencia para evacuar las heces, que se vuelven duras y secas. Algunos síntomas asociados al estreñimiento son el dolor abdominal, la hinchazón, la sensación de vaciado incompleto, el esfuerzo excesivo o la necesidad de usar laxantes.
Las causas del estreñimiento en las personas mayores son variadas y pueden estar relacionadas con factores dietéticos, físicos, psicológicos o médicos.
Algunas de las causas más frecuentes son:
- La falta de fibra en la dieta. La fibra es un componente de los alimentos de origen vegetal que no se digiere y que ayuda a formar un bolo fecal más voluminoso y blando, facilitando su tránsito por el intestino. Se recomienda consumir entre 25 y 30 gramos de fibra al día, procedente de cereales integrales, legumbres, frutas, verduras y frutos secos.
- La falta de hidratación. El agua es esencial para mantener la humedad de las heces y evitar que se endurezcan. Se aconseja beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día, o más si se consume mucha fibra o se vive en climas cálidos.
- La falta de actividad física. El ejercicio ayuda a estimular los movimientos del intestino y a prevenir el estreñimiento. Se recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada al día, adaptada a las condiciones y preferencias de cada persona.
- El consumo de ciertos medicamentos. Algunos fármacos pueden alterar la función intestinal y provocar estreñimiento como efecto secundario. Entre ellos se encuentran los analgésicos opioides, los antiácidos, los bloqueadores de los canales de calcio, los antidepresivos, los anticonvulsivos, los diuréticos y los suplementos de hierro. Si se toma alguno de estos medicamentos, se debe consultar con el médico la posibilidad de ajustar la dosis o cambiar el tratamiento.
- El abuso de laxantes. El uso frecuente o prolongado de laxantes puede provocar una dependencia del intestino a estos productos, disminuyendo su capacidad para evacuar por sí mismo. Además, algunos laxantes pueden causar efectos adversos como diarrea, deshidratación, desequilibrio electrolítico o daño intestinal4. Los laxantes solo deben usarse bajo prescripción médica y por periodos cortos.
- Las enfermedades neurológicas. Algunas patologías que afectan al sistema nervioso pueden alterar la coordinación entre el cerebro y el intestino, dificultando la defecación. Entre ellas se encuentran la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, el ictus o la diabetes, y por supuesto, el Alzheimer.
- Las enfermedades colorrectales. Algunas alteraciones en el colon o el recto pueden obstruir el paso de las heces o impedir su expulsión normal. Entre ellas se encuentran las hernias, los tumores, las estenosis, las cicatrices o las hemorroides.
- Los factores psicológicos. El estrés, la ansiedad, la depresión o los cambios en los hábitos pueden influir en el funcionamiento del intestino y favorecer el estreñimiento. También puede haber una inhibición para defecar en lugares desconocidos o poco cómodos.
El estreñimiento en las personas mayores puede tener consecuencias negativas para su salud y su bienestar. Algunas de ellas son:
- El aumento del riesgo de padecer hemorroides, fisuras anales o diverticulitis.
- La aparición de impactación fecal, que consiste en la acumulación de heces duras y compactas en el recto o el colon, que impiden la evacuación normal y pueden causar dolor, sangrado, infección o perforación intestinal.
- La alteración del equilibrio de la flora intestinal, que puede favorecer el crecimiento de bacterias patógenas o la producción de toxinas.
- La disminución de la absorción de nutrientes y la pérdida de apetito.
- La afectación de la autoestima, la calidad de vida y el estado de ánimo.
Tratamientos
El tratamiento del estreñimiento en las personas mayores debe ser individualizado y adaptado a las características y necesidades de cada persona. Algunas medidas generales que pueden ayudar a mejorar el tránsito intestinal son:
- Seguir una dieta equilibrada, rica en fibra, frutas, verduras y cereales integrales, y evitar los alimentos procesados, refinados o con alto contenido en grasas o azúcares1.
- Beber suficiente agua y otros líquidos como infusiones, zumos o caldos, para mantener una buena hidratación y facilitar la formación de heces blandas2.
- Realizar actividad física regular, adaptada a las capacidades y gustos de cada persona, para estimular el movimiento del intestino y prevenir el sedentarismo3.
- Respetar el ritmo intestinal y acudir al baño cuando se sienta la necesidad, sin reprimir el reflejo defecatorio. Además, se debe procurar tener un ambiente tranquilo, cómodo e íntimo para defecar.
- Revisar la medicación con el médico y evitar el uso innecesario o prolongado de laxantes. Si se necesita tomar algún laxante, se debe elegir el más adecuado según el tipo y la causa del estreñimiento, y seguir las indicaciones del médico sobre la dosis y la duración del tratamiento4.
- Controlar el estrés, la ansiedad o la depresión con técnicas de relajación, apoyo psicológico o terapia farmacológica si es necesario.
- Consultar con el médico ante cualquier síntoma o signo de alarma como dolor abdominal intenso, sangrado rectal, pérdida de peso involuntaria o cambios en el color o la forma de las heces.
El estreñimiento en las personas mayores es un problema frecuente que puede afectar a su salud y a su calidad de vida. Sin embargo, con una adecuada prevención, diagnóstico y tratamiento se puede mejorar el tránsito intestinal y evitar sus complicaciones. Es importante consultar con el médico ante cualquier duda o molestia y seguir sus recomendaciones para mantener un buen hábito defecatorio.
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