Quinta carta de una cuidadora anónima
(a mi tormenta)
Todas las mañanas me levanto para ir al trabajo y de camino, paso por casa de mis padres…no puedo pasar por la puerta sin entrar.
(a mi tormenta)
Todas las mañanas me levanto para ir al trabajo y de camino, paso por casa de mis padres…no puedo pasar por la puerta sin entrar.
Mi querida Mamaiña:
Esta es una carta que en el fondo escribo para mi y que nunca podrás leer por su contenido y por si te enfadas, sólo alguna persona que nos quiere la puede entender.
Una carta muy sentida y en la que muchos nos veremos reflejados
Mi caminar es lento y cansado. Siento que el peso de mi alma es mayor al de mi cuerpo. El dolor que hay en mi corazón es mayor al de mis propias piernas mientras recorro los últimos kilómetros de este viaje. ¿Será que el final de este largo y pedregoso camino se aproxima?…
Quisiera que recordarás mi sonrisa, mis caricias, mis besos y el amor que mis ojos siempre han reflejado por ti. Olvídate de mis enfados y recuerda tan solo mis consejos. Olvida aquellas palabras ásperas que pudieran haber salido de mi boca alguna vez.
Escucha como el latido de mi corazón aún te recuerda. Percibe las señales que mi alma emite, siéntelas, intúyelas, porque son ellas las que te quieren hacer saber que aún sigo aquí. Las que harán que puedas sentir que aún permanezco a tu lado.
Y si en algún momento mi acciones lastimaron tu alma pura, aférrate a los buenos tiempos que pasamos juntos y a nuestras miradas cómplices con las que siempre nos dijimos tanto.
Para cuando olvides y ya no recuerdes. Cartas de Amor…#CartasDelAlzheimer