10 trucos para conseguir que tu dieta sea más sana y variada
Estrategias sencillas para transformar tus menús y tu forma de ver la comida
Comer de forma equilibrada no es misión imposible ni privilegio exclusivo de nutricionistas, expertos en la materia o personas con una fuerza de voluntad sobrehumana. Basta con tener claros una serie de conceptos para que tus menús, poco a poco, sean cada vez más sanos y variados. Toma nota:
Ten a la vista la pirámide de los alimentos: Engancha una copia de la pirámide de los alimentos en la nevera y tenla en cuenta a la hora de elaborar tus menús o de hacer la lista de la compra.
Apunta en un diario lo que comes: Tal vez estás leyendo este artículo por mera curiosidad, porque piensas que tú ya comes de forma equilibrada y no necesitas variar tus menús. Compruébalo apuntando durante una semana todo lo que comes y comparándolo con las recomendaciones de la pirámide nutricional. Seguramente te sorprenderán los resultados. Pero no te preocupes: ser consciente de lo que hay que cambiar es el primer paso para lograrlo.
El tamaño de las raciones sí que importa, pero no te obsesiones: El objetivo básico es que comas variado, incluyendo en tu dieta habitual todos los grupos de alimentos. Las cantidades también influyen en el equilibrio de tus menús, pero no te ofusques contando calorías.
Ten en cuenta lo que quemas: La alimentación de alguien que se pasa 8 horas sentado en la oficina no puede ser la misma que la de un operario de la construcción o la de un aficionado al deporte. Es lógico, ¿no? Ten en cuenta la actividad física que vas a llevar a cabo ese día a la hora de escoger el menú.
No te saltes comidas: Para compensar un menú algo excesivo al mediodía es común caer en el error de no cenar o, si te has pasado con la cena, no desayunar al día siguiente. Y decimos que es un error porque lo único que conseguirás es tener mucha más hambre horas después y, en consecuencia, acabar comiendo más de la cuenta. De hecho, según la Fundación Española de Nutrición (FEN), saltarse comidas puede provocar, incluso, que engordemos con más facilidad.
Aprende a combinar bien los alimentos: ¿Sabías que tomar lentejas con arroz hace que aprovechemos mejor la proteína de ambos alimentos? ¿Y que si añades al pan con tomate unas gotas de aceite tu cuerpo asimilará mejor las sustancias antioxidantes del tomate? Una correcta combinación de ingredientes te hará aprovechar al máximo sus cualidades saludables.
Si te pasas un día… tampoco es tan grave: Como nos recuerdan Ferran Adrià, Valentí Fuster y Josep Corbella en su libro “La cocina de la salud”, no se debe perder la visión de conjunto. Hay que preocuparse de que los menús sean equilibrados a lo largo de la semana, no de seguir una dieta “de manual” cada día.
Piensa si hay algún motivo que te lleve a comer mal: Lo que comemos a veces va muy ligado a lo que sentimos. Analiza si hay alguna razón a nivel emocional que desequilibra tus menús, por ejemplo momentos de estrés o ansiedad, baja autoestima, tristeza o aburrimiento.
Deja que los niños se involucren en la cocina: Es una de las mejores maneras de fomentar unos buenos hábitos alimentarios desde bien pronto y, de paso, recordar junto a los más pequeños los ingredientes que no deben faltar en un menú saludable.
Cuida tu alimentación por salud, no por estética: Perder peso puede ser una buena forma de empezar a mejorar tu dieta, pero no debe ser el objetivo final. La salud está por encima. Si no es más fácil caer en el error de muchas personas que, tras adelgazar bastantes kilos, los recuperan poco después.
Fuente: noscuidamos.com
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