El médico muchas veces se olvida de que él también puede ser un paciente, y de hecho un paciente complicado, porque pese a ser el mayor experto, a veces es el último en reconocer sus propios síntomas.
Por eso, el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) avanza cada día para consolidarse en todo el territorio español, pese a las actuales dificultades económicas. Prueba de ello es el V Congreso PAIME, celebrado recientemente en Burgos, donde se habló del papel de los colegios y administraciones, de la crisis, y de otras iniciativas que pueden servir de ejemplo.
El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) lleva ya 14 años de andadura, habiéndose consolidado en todo el territorio nacional como una necesidad básica de la profesión médica, y ya sólo por sí mismo, como uno de los motivos de la necesidad de la colegiación obligatoria. «Los médicos enfermamos igual que el resto, pero solemos llegar muy tarde a la asistencia, y además nuestras enfermedades pueden ser un riesgo para el paciente», eran palabras que Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial, citaba en la presentación en Madrid del V Congreso PAIME.
Poniendo cifras a esta afirmación, si en 2012 se atendieron un total de 313 pacientes (3.099 desde el comienzo del programa en 1998), 59 de los mismos fueron considerados como casos complicados, que podrían haber incurrido en una mala praxis, y otros 55 en posibles conflictos en el entorno laboral. La buena noticia es que un porcentaje cercano al 90 por ciento se han recuperado, incorporándose de nuevo al ejercicio de la Medicina.
Pese a que estas cifras justificarían en sí la importancia de este programa, los tiempos son difíciles, y si bien algunas comunidades autónomas siempre habían colaborado económicamente con el mismo, hoy han dejado de hacerlo, o han disminuido la subvención. Es por ello que la mayoría de la financiación del total de 1.877.860 millones de euros de coste del programa entre 2011 y 2012 proviene de los propios colegios médicos. Pese a ello, Serafín Romero, secretario general de la OMC, declaraba que en su opinión «tarde o temprano el PAIME debería estar en el BOE, no debería depender exclusivamente de las personas».
El PAIME en datos
Con ocasión de la celebración del último congreso PAIME en la ciudad de Burgos el pasado mes de mayo, sus representantes se reunían con anterioridad en la sede de la OMC en Madrid, para hacer un análisis de los datos del programa en el último año. Era de nuevo Serafín Romero el encargado de ofrecer estas cifras, y también el de dar un perfil generalizado del médico enfermo. Éste sería varón, trabajaría en Atención Primaria, en un medio urbano, con contrato fijo, y acudiría al programa generalmente por algún tipo de trastorno mental. De hecho, según los datos recogidos, la mayoría de los ingresos, un 67 por ciento, son debidos a trastornos mentales y casi un 30 por ciento debido al consumo de alcohol y drogas. Llama la atención el aumento de casos de por trastorno adaptativo, un 15 por ciento, que según Romero «en los próximos dos años será un motivo prioritario de análisis». Un 77 por ciento acudió al programa por propia voluntad, pero aumenta el número de casos que acuden por comunicación confidencial o por denuncias formales. En cuanto a las derivaciones, un 23 por ciento provienen de parte de un compañero de profesión y un 18 por ciento por parte de familiares. Volviendo a datos relacionados con el perfil de este médico enfermo, el 61 por ciento de los médicos atendidos trabajaba en Atención Primaria, y un 78 por ciento del entorno urbano. Más de la mitad eran hombres.
Preocupa especialmente el hecho de que un 0,46 por ciento de los colegiados en España de menos de 30 años, cifra superior a otras franjas de edad, sea una de las dianas en este tipo de asistencia médica. Es por ello que se está realizando una especial focalización hacia el paciente MIR, y es que, en palabras de Serafín Romero, «existe un importante choque entre las expectativas y la realidad», que podría condicionar una serie de trastornos adaptativos en este colectivo. Respecto a otras franjas de edad, un 26 por ciento se encontraba entre los 41 a 50, un 19 de 31 a 40, y un 8 por ciento era mayor de 61 años.
También se obtenían datos por especialidades, y es que si bien la Atención Primaria, por cuestiones quizás tan obvias como la presión asistencial, son de las más afectadas (un 40 por ciento de los casos), le siguen a mucha distancia, con porcentajes de entre un cinco y dos por ciento, Cirugía General, Medicina Interna, Pediatría, Psiquiatría, Anestesiología, Traumatología, y Ginecología.
En cuanto a datos por comunidades autónomas, los casos se reparten entre Cataluña (1.612), Andalucía (531), Madrid (405), País Vasco (149), Castilla y León (85) y Castilla La Mancha (73).
Sobre cuestiones más económicas, ya citábamos que el coste total del programa entre 2011 y 2012 era 1.877.860 millones de euros. Se calcula que el coste medio de una primera visita ronda los 60 euros, mientras que las visitas sucesivas estarían en los 40, y el coste medio de los internamientos es de 260 euros. Así, se atendieron 649 primeras visitas y 7.622 visitas sucesivas y se contabilizaron 260 ingresos hospitalarios, con una media de ingreso en las unidades de internamiento de 32 días.
Una filosofía rehabilitadora
Para conocer un poco mejor el funcionamiento y las bases de este programa, EL MÉDICO ha hablado con Nina Mielgo Casado, directora técnica de la Fundación Patronato de Huérfanos y Protección Social de Médicos Príncipe de Asturias (FPSOMC). «El PAIME es un programa con una filosofía rehabilitadora, que promueve el acceso voluntario de los pacientes al programa, en un clima de estricta confidencialidad, de acuerdo a unos requisitos estipulados y mediante la intervención de profesionales altamente cualificados», resumía a grandes rasgos la experta.
Concretando, el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo nació, de hecho, para ayudar a médicos con este tipo de trastornos, que en realidad pueden llegar a sufrir uno de cada diez profesionales a lo largo de su vida laboral, con la consiguiente incidencia en su ejercicio de la Medicina, por lo que es fundamental el acceso a un tratamiento eficaz. Se fundamenta en el deber ético recogido en el Código de Deontología Médica. El artículo 22 dice que «si un médico observara que por razón de edad, enfermedad u otras causas, se deteriora su capacidad de juicio o su habilidad técnica, deberá pedir inmediatamente consejo a algún compañero de su confianza, para que le ayude a decidir si debe suspender o modificar temporal o definitivamente su actividad profesional».
Es por todo ello que el papel de los colegios médicos es básico en todo el programa, ya que de hecho, son la puerta de entrada. Según Mielgo, «los colegios cuentan con una infraestructura organizativa y una dotación de recursos suficiente, para informar sobre el programa y facilitar el acceso al tratamiento». De hecho, es desde los colegios donde el propio profesional, o un compañero del mismo, deben acudir para activar el protocolo que le derivara a la red de profesionales, en su mayoría del ámbito de la Psiquiatría y psicología, que tratará a este médico enfermo. Los casos más complejos o que requieran internamiento son derivados a su vez a la Fundación Galatea, en Barcelona.
Las claves de su éxito, en palabras de la experta, serían precisamente esa filosofía rehabilitadora y no punitiva, y el hecho de haber trabajado mucho en el fácil acceso al programa para todo médico que lo necesite. Asimismo destaca la coordinación con los departamentos de prevención de riesgos laborales de los centros de trabajo de los médicos, así como con la Administración pública responsable de la Sanidad en cada autonomía, y el consenso de circuitos de derivación y protocolos en todo el territorio del Estado.
Pero sin duda, otra de las claves es la confidencialidad, tanto de los afectados, como de su tratamiento, ingreso y posterior seguimiento y recuperación. No hay que olvidar que este es un colectivo muy sensible, y muy peculiar, y es que a veces los médicos resultan ser los peores enfermos. El hecho de sentirse tranquilos y amparados por el propio colectivo, evitando reacciones como el miedo, el sentimiento de culpa, o la posible estigmatización social, son claves a la hora de conseguir el éxito en la intervención.
Nuevos tiempos, nuevas herramientas
Para la consolidación del propio PAIME, como de sus protocolos y métodos de actuación en todo el territorio español, una de las novedades del último V Congreso PAIME era la presentación de la Guía y del Manual PAIME. Ambas publicaciones comparten el objetivo de recoger y sistematizar el conocimiento acumulado durante estos años, y divulgarlo entre el colectivo médico en general y los propios colegios, pero sus funciones, sin embargo, están bien diferenciadas.
Nina Mielgo explica que la Guía PAIME tiene una función más divulgativa sobre el qué, el cómo y el para qué de las funciones del propio programa, estando destinada a todos los profesionales. Se trata, por tanto, de una publicación destinada a todo el colectivo médico que ejerce su profesión en España y que, en algún momento de su carrera puedan necesitar, para ellos o sus compañeros, la ayuda del programa. Incluye una explicación detallada sobre la naturaleza y características del PAIME y describe el papel del médico enfermo, el de los colegios de médicos, los compañeros, familiares y otros allegados, complementándose con una información sobre los actuales PAIMES colegiales.
Por otra parte, el Manual PAIME, lo que pretende es dirigirse a las directivas de los colegios para poder homogeneizar las herramientas y protocolos en estos casos. Así describe pormenorizadamente el programa y los protocolos de funcionamiento, entre ellos, los requisitos para poder acceder, la recepción de las demandas, los criterios para la detección del riesgo, orientaciones sobre la voluntariedad y normas de confidencialidad, el contrato terapéutico y demandas de internamiento. Esta publicación, entonces, estaría más orientada hacia los clínicos vinculados al PAIME y juntas directivas de los colegios.
Ambos documentos supondrán una mayor difusión del programa y una mayor consolidación del mismo en los colegios, pero además facilitarán la comunicación intercolegial, a través del consenso de protocolos y otras herramientas de gestión.
El papel de colegios e instituciones
«Cuidando de ti, cuidando de todos». Ese era el lema con el que los días 23 y 24 del pasado mayo, se celebraba en Burgos, el V Congreso PAIME. Un lema muy acertado. Juan José Aliende Miranda, presidente del Colegio de Médicos de Burgos, planteaba como los tres principales objetivos de este encuentro, el consolidar el programa en todos los colegios del territorio español, después el de implicar y sensibilizar a las Administraciones con esta iniciativa, y por último, el de homogeneizar todos los programas en las diferentes Comunidades Autónomas. Una vez finalizado, EL MÉDICO le preguntaba si los daba por cumplidos, declarando que lo habían hecho «plenamente». Así, consideraba que además de estos temas, algunos de los más destacados habían girado, como no, alrededor de la crisis. «Una crisis, como la actual, puede ser también una oportunidad para aumentar la resistencia –resiliencia- para afrontar cambios y mejoras tanto a nivel profesional como institucional. La clave puede estar en el profesionalismo.»
Pero si hubo un tema troncal, y que haya generado más expectativas, era el de concretar cuál es o cuál debe ser el papel tanto de los colegios profesionales, como de las instituciones sanitarias. Aliende también ofrecía su visión a este respecto, apuntando que «el rol de los colegios debe ser el de regular la profesión, para que todos los médicos estén en condiciones de evitar la mala praxis». Pero da un paso más allá, ya que considera que las instituciones también deben tener «una mayor implicación en la difusión y financiación del programa, y potenciar, a través de los servicios de salud laboral, la formación y prevención de los factores de riesgo».
Así, una las cuestiones que se planteaba ya desde la inauguración del congreso es el hecho de que la salud del médico es una responsabilidad que debe ser compartida por ambos actores. De esta manera salía a relucir la idea de establecer esos programas preventivos y asistenciales, que potencien entornos saludables para el bienestar de los profesionales, y así «se garantice que todos los ciudadanos reciban la debida atención». Esa era la propuesta que Jaume Padrós, presidente de la Fundación Galatea, realizaba durante la mesa inaugural. Padrós, que forma parte de los creadores e impulsores del PAIME, que puso en realidad en marcha el Colegio de Médicos de Barcelona en 1998, analizaba con más detalle el papel de las instituciones, en una entrevista realizada para «Médicos y Pacientes». En la misma explicaba que el papel de los colegios no debe ser otro que el de la autorregulación. «Si los colegios quieren liderar, deben desarrollar con más énfasis su función reguladora del ejercicio. En otras palabras, se debe avanzar más en la gestión sancionadora y de control en los casos de riesgo. Es lo que justifica la colegiación obligatoria y forma parte de nuestro contrato social, y el PAIME da pleno sentido a esta función.»
Insistía en esta idea, Serafín Romero, secretario general de la OMC, que entre sus conclusiones finales citaba que es fundamental que, tanto desde los propios colegios de médicos, sus consejos autonómicos y el Consejo General de Colegios de Médicos se enfatice ante el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, la imperante necesidad de una financiación compartida entre todos estos agentes.
Una crisis siempre protagonista
«Cómo preservar la salud del médico en medio de una crisis larga y profunda», una pregunta compleja, pero con no pocas respuestas. No es una novedad que la crisis ha afectado especialmente al personal sanitario, ya que gran parte de los recortes han sido en materia de Sanidad, y más concretamente, en el capítulo uno, es decir, personal y salarios. Paralelamente, han sido los profesionales sanitarios quienes han tenido que enfrentar la situación de recortes ante sus pacientes, no sin conflicto, y desde luego, no sin presiones. Todo ello ha supuesto un motivo más para tender una mano hacia estos médicos, ante posibles problemas de índole psicológico. Según informaban desde la Revista oficial de la Organización Médica Colegial, era José Ramón Repullo, jefe del departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad, quien intervenía en Burgos para dar su visión experta a este respecto. En su opinión, si no se hacen cambios, y se sigue con el modelo actual, que no termina de dar un giro real hacia la cronicidad, se provocará un desajuste en el que los sistemas cada vez serán más ineficaces e insostenibles, la práctica clínica será «tóxica» para los pacientes, y la Sanidad se encarecerá sin aportar una verdadero retorno de calidad de vida para el paciente. Su remedio ante esta desoladora predicción pasa por apostar cuanto antes por una Medicina basada en la modestia, la evidencia, y la afectividad. «Los médicos debemos construir una hermandad profesional sensata y responsable, en la que los charlatanes y engreídos no deben tener altavoz. Debemos mejorar las habilidades, para enfrentar un entorno adverso, endureciendo la mano con más ciencia y poniendo el guante de seda de la cortesía, recordando que el plano afectivo no solo da calidad, sino que desanuda conflictos profesionales y cura las organizaciones enfermas de vanidad», declaraba, tal y como publicaba la revista de la OMC.
Un encuentro productivo
Buscar otras experiencias que pudieran servir como ejemplo o a modo ilustrativo era uno de los objetivos del V Congreso PAIME. Así, una de las mesas se centraba precisamente en abordar esta temática, interviniendo en la misma, entre otros, la Dra. Clara Gerada, Chair of Council of the Royal Colllege of General Practitioners y medical director del PHP, y la Dra. Carmen Renedo, del Programa de Atención Integral a la Salud del Juez del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), para que ambas pudieran aportar una nueva perspectiva de lo que supone la enfermedad en un profesional. «Cuando un médico busca ayuda por problemas de drogas o alcohol, sorprende lo rápido que se quita la bata y se convierte en un paciente», afirmaba la doctora Gerada, que explicaba además que su programa dentro del NHS inglés, tiene muchas similitudes con el PAIME español.
Otro programa que también ha sabido aprovechar el éxito del PAIME, es el «Programa de Atención a la Salud del Juez», iniciado gracias al acuerdo del Consejo General del Poder Judicial con el CGCOM. Actualmente esta experiencia se está incorporando para los miembros de la carrera judicial, jueces y magistrados, de manera que se les facilite ayuda en los riesgos derivados de la profesión, con actuaciones de prevención, protección y promoción de la salud integral del colectivo.
Además de una visión más teórica, el V Congreso PAIME también quiso ofrecer una perspectiva más práctica a los profesionales participantes, impartiendo diferentes talleres que versaron sobre: «Desenvolverse en organizaciones complejas. Una perspectiva para la prevención del malestar de los profesionales»; «Psicoterapia grupal intensiva en drogodependencias»; «Organización y desarrollo del PAIME en colegios, luces y sombras», y «Técnicas de afrontamiento para el cambio personal».
Entre las conclusiones de esta cita, destacaron finalmente algunas como que el PAIME debe estar ubicado en el ámbito colegial por coherencia con sus funciones estatutarias. De manera que, si los colegios quieren liderar sus competencias, deben desarrollar con más énfasis su función reguladora del ejercicio. En otras palabras se debe avanzar más en la gestión sancionadora y en el control de los casos de riesgo. Esto por sí mismo justifica la colegiación universal y forma parte del contrato social de la profesión médica.
En cuanto a otros organismos implicados, como son los servicios de prevención de riesgos laborales, se estaba de acuerdo en que su objetivo principal debe de ser el de prevenir los factores de riesgos psicosociales de los trabajadores, y aumentar su capacidad de resiliencia, mediante la atención y formación en conocimientos y habilidades de afrontamiento. Pero también han de intervenir a nivel organizacional para aumentar su capacidad de resiliencia mediante el dialogo con ésta, la elaboración y desarrollo de programas de gestión dirigidos a fortalecer el funcionamiento de la empresa. Para los servicios de prevención de riesgos laborales, la vía PAIME es una vía importante para atender, fortalecer y hacer resistente al profesional de la Medicina. Igualmente se incidió en la importancia de la rapidez de la respuesta en la atención al médico enfermo por su incidencia en la evitación del aislamiento profesional y social y el agravamiento de los riesgos de un ejercicio inadecuado.
Presente y futuro
Pese a que el esfuerzo, las ganas y las iniciativas son muchas, el problema al final es el de siempre: la financiación. En una entrevista para Médicos y Pacientes, Dolores Crespo, responsable del PAIME en el Colegio de Médicos de Madrid, explicaba que, por ejemplo, en Madrid se mantiene un convenio de colaboración, aunque se ha disminuido a un tercio de la aportación económica en el año 2013, en relación con los ajustes económicos. Así, se mantiene la Uvopse dependiente de la Dirección General de Recursos Humanos para todos los profesionales sanitarios, aunque también ha sufrido recortes de personal. La situación es similar en otras autonomías, ya que no todas han podido mantener el compromiso adquirido con anterioridad, al menos, a nivel económico.
Si bien ese es el presente, sólo queda mirar hacia delante y seguir apostando por un programa, que más que un lujo, es una necesidad. Sobre las perspectivas del PAIME vuelve a hablar de nuevo Jaime Padrós, que se marca como objetivo el intensificar las acciones formativas y preventivas. Hay que tener en cuenta que cuando se habla del médico enfermo, también se habla del profesional que atiende al mismo, muchas veces no compensado como debería. Es por ello que regular a estos profesionales es también una misión fundamental. Como punto final, Nina Mielgo se marca a largo plazo un único objetivo claro, «la consolidación del programa colegial para que esté disponible para todos los médicos en activo que lo necesiten, es decir, darlo a conocer como una buena práctica exportable a otros países y a otras profesiones».
DOCUMENTACIÓN Y FUENTES
1. OMC.
2. Médicos y Pacientes.
3. V Congreso PAIME.
4. Entrevista Nina Mielgo. Directora técnica de la Fundación Patronato de Huérfanos y Protección Social de Médicos Príncipe de Asturias (FPSOMC).
5. Entrevista Juan Aliende. Presidente del Colegio de Médicos de Burgos.
6. EL MÉDICO INTERACTIVO.
Octubre de 2013 – Silvia C. Carpallo
El Médico Interactivo
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