Del Alzheimer he aprendido muchas cosas; entre ellas el amor
Esperando que a algún otro cuidador le sirva, y que guíe sus pasos en este camino que recorremos todos los cuidadores, en mayor o menor similitud.
Os dejo un breve, pero conciso escrito de muchas de las cosas que del Alzheimer he aprendido.
Me he dado cuenta de cuánto valor tienen los besos, los abrazos, las caricias y una simple sonrisa.
Por fin he entendido a vivir la vida en este preciso instante y a hacerlo como si fuera el último.
También he aprendido de la enfermedad de Alzheimer, a recordar el pasado, muchas veces añorando los buenos tiempos.
Y he aprendido a tener paciencia y benevolencia cada vez que me repetías una y mil veces las mismas frases y a las demandas constantes.
He vuelto a reconocerte, porque he tenido que indagar en tu pasado para que siguieras en mi presente.
He aprendido a percibir
Debo dar gracias, porque he aprendido a tener más confianza en mí y en mis sentidos, y aunque también me he equivocado, ha sido solamente, para aprender más.
El Alzheimer me ha inculcado que no todo tiene que ser perfecto, y que reír de las situaciones estresantes es muy beneficioso para mi salud.
He aprendido a leer tus miradas con amor. A tranquilizarte con caricias, a comunicarme sin palabras.
Sé que tengo una gran formación, aunque sin titulación
Me he instruido en grandes lecciones sobre fisiología y patología y envejecimiento del cuerpo humano. Tengo licenciatura en medicación y TNF’s (Terapias No Farmacológicas) para controlar estados alterados.
Tengo una gran experiencia en el cambio de pañales, ya esté la persona de pie, como en la cama. Tengo un máster en movilización de encamados y otro en prevención de UPP’s.
He aprendido a preparar la medicación semanalmente, para ahorrar tiempo y disgustos. He aprendido a pedir ayuda cuando lo he necesitado, para evitar quemarme.
A disfrutar de los breves momentos que me ofrece el presente. A planificar y estructurar nuestra vida cotidiana, pero sin demasiadas exigencias.
He comprendido que para poder cuidar bien, no todo vale, que primero debo estar bien yo, en caso contrario debo pedir ayuda y a tener en la vida como lema: Cuídate Cuidador!
He descubierto todos los recursos con los que dispongo a nivel social y económico y en el caso de haberlos necesitado los hubiera utilizado.
Y también, por desgracia, del Alzheimer he aprendido, que no todas las personas sirven para cuidar de un enfermo de Alzheimer, pero que las personas que en realidad me quieren siempre están para apoyarme aunque sólo sea con un simple ¿Cómo estás hoy?
Porque recuerdo tus olvidos y porque te quiero
Ahora sé cantar canciones olvidadas, recuerdo una guerra no vivida, una hambruna no saciada, conozco historias no vividas, sé de poemas rescatados del olvido…. Y tantas otras cosas que olvido!
He hurgado en la memoria (en la tuya y en la mía) y he aprendido a cocinar las recetas que tú antes me hacías, y he encontrado la manera para que te las comas, cuando te niegas.
He cultivado mi paciencia y mi tesón y he esperado a que se te calme el mal humor o las alucinaciones, para volver a empezar de nuevo con las actividades.
Y también he hallado la forma de perdonar el pasado y no temer al futuro.
Mis emociones (De ellas también he aprendido.. he aprendido a compartir)
Ahora sé guardarme espacios de tiempo para mí, para pasarlos con otros seres queridos y a disfrutarlos sin sentir culpabilidad. Del Alzheimer he aprendido a compartir y a delegar funciones por mi propia salud física y mental.
He aprendido a esconder mi dolor y a sacar una sonrisa para que no me notaras triste. Pero cuando no podía esconderlo, simplemente utilizaba la sinceridad y te lo decía, gestionando así mis propias emociones. Que gracias a otros cuidadores, dispongo de más herramientas con las que combatir a este maldito alemán, ladrón de casi todos tus recuerdos.
Me he percatado del coste emocional, físico y económico de esta cruel y devastadora enfermedad. Pero he aprendido el valor de tu amor incondicional.
He aprendido muchísimas cosas, entre ellas, también he aprendido algo que «desaprendí», aprendí a rezar, a rezar lo que tu rezabas.
Gracias
Jorge dice
Un gran artículo. Sigo tropezando a lo largo de este difícil y empinado camino que es el Alzheimer, pero estoy convencido de que cada vez seré un mejor cuidador de mi madre.
¡Gracias!
Alzheimer Universal dice
Por supuesto Jorge, cada día aprendemos algo nuevo. Cada persona es un mundo y de ella aprendemos algo que nos ayuda a ayudar a otros. Gracias. En lo que necesites, sabes que aquí estamos.
Manuel Silva Camacho dice
Hola,
gracias por compartir tu experiencia y tus vivencias. Me ha gustado mucho los comentarios sobre tus emociones y la forma como has aprendido a gestionarlas. Apoyo claramente el hecho de no sentirse culpable y de no perder tu propio tiempo y espacio. Las personas cuidadoras nunca deben olvidarse de si mismas, de su vida, de sus sueños, sus propósitos y metas.
Saludos
Alzheimer Universal dice
Gracias Manuel : )