Muy a menudo, las familias tardan en notar la aparición de demencias como el Alzheimer. Las investigaciones muestran que entre los primeros signos y la búsqueda de ayuda, ¡pueden pasar casi dos años!
Cuando más de un familiar o amigo expresa preocupación por el olvido del anciano, mayores son los riesgos de que se presente deterioro cognitivo. Cuando los hijos, nietos o vecinos perciben estas dificultades, el riesgo de que sean realmente importantes aumenta mucho.