Una medida prudente, evite el aluminio
El papel del aluminio en la enfermedad de Alzheimer es controvertido. Y los investigadores recomiendan precaución, destacando que este oligoelemento es potencialmente neurotóxico incluso en cantidades bajas.
En realidad este metal nos rodea: utensilios de cocina, fármacos para combatir la acidez de estómago, algunas levaduras en polvo, la mayoría de los antitranspirantes o incluso algunos alimentos. Y lo más importante, el agua que bebemos.
El sulfato de aluminio (alum) se utiliza como agente floculante en el tratamiento del agua potable. Los floculantes sirven para atrae las pequeñas partículas de materia inorgánica, bacterias, virus y otros organismos potencialmente peligrosos, ayudando a filtrarlos. Sin embargo, los estudios con animales muestran que es muy difícil determinar el nivel de aluminio presente en el cuerpo humano calculando sólo el del agua potable. Según un estudio publicado en la revista «Consumer«, la mayoría de las marcas de agua envasada analizadas no contienen este metal.
«Este es el gran debate, que viene desde los 80, determinar el potencial papel del aluminio en el desarrollo de la enfermedad de alzhéimer. Y todavía no está claro. Hay muchas evidencias científicas, pero no hay una demostración empírica suficiente. Pero hay un tipo de demencia por aluminio, que se vio en las personas sometidas a diálisis, en las que aumenta este metal. Y hay evidencia de que es un tóxico para el cerebro», aclara del doctor Viñuela.
«Puesto que el aluminio no juega ningún papel en el organismo, sería prudente reducir la exposición a este metal al máximo posible, aunque su papel en los trastornos cognitivos esté aún bajo investigación» recomiendan los autores del artículo.
PILAR QUIJADA / MADRID / ABC
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