10 Consejos para Controlar el Estrés del Cuidador
Consejos para controlar el estrés del cuidador
Nadie dijo que cuidar a una persona con enfermedad de Alzheimer fuese una tarea sencilla, de hecho conlleva una enorme responsabilidad. Si este es tu caso, queremos ofrecerte algunas formas en las que puedes reducir tu estrés para continuar tu camino con fuerza y serenidad.
Podemos subir al cuidador a lo más alto del podio y colgarle el oro por la mejor preparación física y emocional en su carrera de fondo. Y es que ante esta responsabilidad resulta de lo más normal que uno se sienta agotado. Sin embargo, puede poner en práctica técnicas que, aunque no eliminen por completo su estrés, le pueden ayudar a manejarlo y reducirlo.
¿Qué implican estas técnicas? Con ellas es posible suavizar el impacto de los factores estresantes en tu vida y construir estrategias para hacer frente a ellos. Si puedes poner en práctica tan solo dos o tres de las siguientes sugerencias, probablemente te sientas menos estresado y con más control sobre tu vida.
Tómate tu tiempo para reflexionar.
Pasar de 10 a 20 minutos dos veces al día tratando de «despejar tu mente» puede hacer maravillas cuando te sientes sobrecargado o abrumado. Algunos cuidadores aprenden técnicas de meditación en clases, vídeos en la red o libros sobre el tema, mientras que otros simplemente dedican tiempo a reflexionar en silencio. Sea cual sea la forma que elijas, es importante que encuentres un momento tranquilo, sin prisas y te centres en despejar todos los pensamientos que pueden estar aumentando tu ansiedad.
El ejercicio es un buen aliado para sanar la mente y el cuerpo.
No es nada novedoso ya que es una de las técnicas más conocidas para reducir el estrés, revitalizar la energía y mantener la salud. Una caminata varias veces a la semana aporta beneficios significativos para la salud. También existen muchas opciones eficaces de interior, ahora que se acerca el frío, como el yoga o el tai chi. Internet está plagado de vídeos de ejercicios. Si eres de los que necesita compañía para activarse, invita a un amigo a mantener en forma cuerpo y mente.
Cuida regularmente tu salud.
Acude al menos una vez al año a realizar una revisión médica, y si tomas medicamentos ¡atento a las indicaciones! Intenta llevar una dieta saludable, al cuidar tu cuerpo mejorará tu bienestar y perspectiva emocional.
Intenta disfrutar con algo cada día.
Cuidando el jardín, viendo tu programa de televisión favorito, leyendo un artículo que te interese, o participando en tu pasatiempo favorito te puede ayudar a centrarte y recordar que todavía tienes una vida al margen de los cuidados. Crea tu propio santuario en un rincón de tu habitación que resulte relajante y acogedor. Solo necesitas 10 o 15 minutos para cuidar de ti mismo.
Elabora una lista de las cosas que realmente necesitas hacer.
Si conoces todas las tareas que tienes que hacer a lo largo del día dejarás de preocuparte por lo que puedas estar olvidando.
Los calendarios y las agendas pueden ayudarte a priorizar y realizar un seguimiento de tus responsabilidades.
Haz las cosas de una en una.
Si eres de los que hace malabares mientras habla por teléfono, prepara el pastillero y cocina un triturado…¡olvídate!. Hacer tantas cosas al mismo tiempo solo contribuye a que tu nivel de estrés aumente. Céntrate en cada cosa, primero una y después otra.
Aprende a decir «no» más a menudo.
Cuando uno se siente agotado debe bajar sus expectativas y quedarse con las prioridades. Solo Superman puede con todo. Ahora debemos separar la ciencia y la ficción. No se puede hacer todo. Nadie puede.
Mantén un diario de pensamientos y sentimientos.
Muchos cuidadores han encontrado que escribir sus pensamientos les da una salida emocional y les ayuda a encontrar claridad en medio de la confusión.
Mantén tu sentido del humor.
A veces no hay nada más que reír bien a gusto. Y es que la risa es buena para tu salud mental y física. Busca libros, programas o películas alegres o de humor. Las cosas divertidas pueden ocurrir incluso en tus peores días. ¡Intenta apreciarlas!
Pregúntate: «¿Qué estoy aprendiendo de esto?»
Lo más probable es que en tu viaje de cuidador, hayas cambiado y desarrollado nuevas habilidades. Has superado obstáculos que nunca pensaste vencer. ¡Clap, clap, clap! Aplausos. Los mereces por este crecimiento personal.
Recuerda que cuando el estrés se mantiene durante un largo período de tiempo puede cobrarle un peaje importante a tu bienestar. No te dejes atrapar por el ajetreo y el bullicio.
Recuerda cuidar de tus propias necesidades. Es importante tomar el tiempo necesario para tu propio cuidado, así podrás seguir siendo un cuidador fuerte y seguro de sí mismo.
Nuria Carcavilla | Qmayor
Psicóloga | Especialista en Demencias y Trastornos de la Comunicación
Contacto: Qmayor www.qmayor.com info@qmayor.com
Ayúdanos a mejorar…Escribe aquí tu comentario!