¡Prohibido morirse en este pueblo!
En los últimos años son ya 10 las ciudades, entre ellas una en Andalucía, (bueno, en este caso un pueblo) que han prohibido a sus habitantes que se mueran. Amenazan, por ley, con sanciones económicas y aumento de impuestos.
El motivo en el que se basan es tan poco «humano» como la falta de espacio en los cementerios… Por todo lo que nos han dado, nos han enseñado, y han luchado siempre por sacar a su familia adelante por difíciles que fueran aquellos años, hoy brindamos desde aquí un homenaje a todos nuestros mayores… a nuestros abuelos/as.
Pero, ¿imaginas cómo sería el mundo con muchas, muchas abuelas?. Seguro que recuerdas sus besos laaaargos y ruidosos. Sus historias, su fuerza para salir siempre adelante… Merecerán siempre nuestro recuerdo y reconocimiento.
Este tema no sólo nos ha llenado de curiosidad hasta indagar de qué trataba eso de «prohibir morirse», sino que hemos contactado con el autor del siguiente artículo porque nos ha llamado mucho la atención, y con permiso de él lo queremos reproducir íntegramente. Gracias Javi*.
¡La abuela está hecha una moza!
Bastón en mano, procurando aliviar el peso de unas primaveras que ya se amontonan sobre su encorvada ímpetu, recibe la noticia con una leve sonrisa que deja al descubierto cada uno de los pliegues que le empañan el espejo del alma, y que no son más que los perdurables rasguños de las batallas ganadas y de una vida… casi hecha.
«Por orden del señor alcalde se hace saber… que a partir de este momento queda prohibido morirse».
Aunque pueda parecer una broma siniestra, la desconsiderada ordenanza se ha acomodado ya en media docena de ciudades, una de ellas española, que no conforme con afearle la visita al forastero de la guadaña, anuncia sanciones y un aumento de los impuestos a aquellos octogenarios desobedientes que tengan la tentación de descuidar su salud o reprimir su “lozanía”.
Lástima que haya sido la falta de espacio en un camposanto, y no la desusada gratitud, la miserable razón que propicie esta medida. Pero tranquilos, porque puede que algún día, vencidos por la añoranza, seamos capaces de elogiar, aunque sea tarde, la grandeza de una abuela.
Esa cirujana para casi todos los males posibles: los del cuerpo, los del corazón y los del alma. Guardiana infatigable de la memoria familiar, de nuestras raíces. Capaz de resolver cualquier crisis con un puñado mas de arroz…
En un mundo próspero de abuelas los 24 de diciembre siempre serían “noches buenas”. No estaría permitido escatimar en besos, y todos seríamos lo que pretendemos… los más educados, los más guapos y los más listos.
A través del tiempo, y desde épocas remotas, el papel de los abuelos en la sociedad ha sido vital para el progreso de la misma. Puede que algún día todos lleguemos a admitir esa importancia, solo espero que no nos pille ya demasiado viejos…
*Javi Moreno es Periodista y contador de historias. Trabaja en Onda Cero y Hoy.es. Como reza en su sitio web, «su predilección es dar el protagonismo que se merece a esos personajes anónimos que cada día escriben la historia sin hacer ruido.»
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