Astenia primaveral y Alzheimer
Qué es la Astenia Primaveral
Es primavera y como dice el refranero español “la primavera la sangre altera” pero hay algo más que se altera y ahora mismo vamos a saber qué es.
Con la llegada de la primavera las temperaturas se tornan más cálidas, se alargan los días y podemos disfrutar de más horas de sol. Esto hace que nuestros ritmos biológicos cambien, desarrollando una mayor actividad, sobre todo por las tardes y es posible que lleguemos al final del día más cansados que de costumbre, con una sensación de fatiga o debilidad generalizada que, en algunas personas, puede hacer muy difícil llevar a cabo las tareas cotidianas con normalidad; es lo que se conoce como Astenia Primaveral, de hecho la palabra astenia proviene del griego “asthenia” cuyo significado es la “cualidad de estar sin fuerza”.
Hay quienes hablan de ella como un período de tiempo de adaptación en el que nuestro cuerpo despertara de la “hibernación” y necesitara regularse ante los cambios de luz, temperatura y horarios que se suceden en esta época del año.
Hay que decir también que no es un diagnóstico médico, sino más bien un trastorno adaptativo que puede afectar a más de la mitad de la población, según algunos estudios realizados al 56%, y que remite en unas dos semanas. Sin embargo, no afecta de la misma manera a todos, siendo las personas con algún tipo de enfermedad o patología asociada, tanto física o psíquicamente, los más afectados. Por eso no es de extrañar que, en el caso de los enfermos con demencia, ya sea tipo Alzheimer o cualquier otra demencia, la astenia se manifieste de forma más clara e intensa. Lo mismo ocurre cuando hay patologías previas como alergias o cualquier otro tipo de problemas respiratorios.
Síntomas
La sintomatología es muy variable y contempla desde un sentimiento de tristeza para el que no se encuentran motivos a:
– Cansancio y somnolencia durante el día.
– Falta de energía.
– Alteraciones del sueño, especialmente para conciliarlo.
– Irritabilidad.
– Ansiedad.
– Pérdida del apetito.
– Cefaleas.
– Disminución de la libido.
– Problemas de concentración.
– Falta de motivación.
Fatiga Pandémica
A esta sintomatología generalizada, este año, hay que añadir la Fatiga Pandémica que según la OMS padece cerca del 60% de la población, aumentando el cansancio mental, el estrés, tristeza, apatía, incertidumbre, ansiedad y trastornos del sueño en el día a día; de hecho las búsquedas en internet de palabras como ansiedad, nervios o depresión, se han disparado. Esta fatiga pandémica, según la psicóloga Pilar Conde, puede agudizarse una vez que el riesgo por muerte a causa del virus Covid desaparezca con las vacunas. El motivo sería el estrés postraumático causante de estados nerviosos alterados en personas que han vivido una experiencia inesperada que les ha podido conmocionar. A esto se añade el estrés mantenido en el tiempo, lo que puede incrementar los síntomas o aparecer en personas que hasta ahora no habían tenido problemas de ansiedad relacionados con su entorno social.
Para esta psicóloga… “es importante prepararse para afrontar un panorama de incertidumbre y trabajar la ansiedad, ver cómo funciona y afecta a nuestros pensamientos, flexibilizar aquellas creencias que nos tienen paralizados o atemorizados, para poco a poco enfrentarnos a lo que tememos. Y también es conveniente valorar algunos aspectos positivos que nos ha dejado la pandemia, desde mayor tolerancia a la frustración, una visión más amplia del bien colectivo, y más flexibilidad a la hora de tomar decisiones”.
“¿Cuándo es cuando cambian la hora?”
En los enfermos de Alzheimer, aparte de lo descrito anteriormente, son numerosas las reacciones o cambios emocionales que el cerebro de estas personas afectadas sufren durante el cambio estacional. La principal manifestación son los accesos de irritabilidad y aumento significativo de los niveles de ansiedad. Se vuelven más irascibles, protestones, más demandantes de quejas y negativistas a la hora de cumplir determinadas rutinas de su vida diaria. Recuerdo que mi madre, enferma de Alzheimer, llegadas estas fechas primaverales, ante el alargamiento de las tardes, solía preguntar insistentemente por el cambio de hora y si las manecillas de su reloj de pulsera estaban ya ajustadas al nuevo horario. Esto creaba entre nosotras verdaderos momentos de confusión que en la mayoría de las ocasiones yo intentaba solventar con humor, explicándole azarosamente que a las tres serán las dos, o a las dos serán las tres, equívoca y sucesivamente, concluyendo ambas este dislate entre relajantes bromas y risas. Estaría bien que se adoptara un horario fijo para todo el año como viene siendo la norma en otros países ya que no está comprobado el ahorro energético con el que se justifica este cambio bianual del horario invernal o veraniego.
Pero no solo es la conducta la que se ve afectada, sino también las emociones y los sentimientos que experimentan. Lo más típico, el sentimiento de melancolía y tristeza que les invade, sin motivo aparente. La falta de ganas, de ilusión y de iniciativa para hacer las cosas. Una sensación de abulia que es muy característica de estos enfermos y que se acentúa en esta época del año.
Como combatir la Astenia Primaveral
Si no hay complicaciones asociadas, las recomendaciones ante la astenia primaveral en enfermos de alzhéimer son:
– Reposar y esperar que el cuerpo se adapte a la nueva estación, siendo común que en un periodo de tiempo de unas dos semanas se pasen los síntomas.
– Estudios recientes demuestran que un ejercicio cardiovascular moderado favorece la mejoría de los síntomas, así como realizar diariamente ejercicios de fisioterapia respiratoria con ellos.
– Consumir alimentos que proporcionan energía, como los frutos secos, legumbres, plátanos y aquellos con buen contenido en fibras y hierro como los cereales integrales y la carne magra, aumentar la ingesta de omega 3 presente en pescados como el salmón y la trucha, y al mismo tiempo disminuir el consumo de grasas saturadas.
– Mantener las actividades diarias a pesar de la desgana o la desmotivación a la hora de realizarlas, es importante a nivel psicológico; ya que un abandono de las mismas puede acentuar y empeorar los síntomas y podría terminar cronificándose de tal forma que la astenia derive en un trastorno depresivo.
– Para los cuidadores de enfermos con demencias, la recomendación es sobre todo y ante todo: paciencia y tener siempre presente que es un proceso transitorio y pasajero que en pocos días desaparecerá.
– Continuar y no dejar de hacer las actividades diarias programadas para el enfermo.
– Pasear, sobre todo por las tardes que es el momento del día en el que más puede acentuarse la sintomatología asténica.
– Mantener bajo control el sueño y el descanso.
– Y por último pero no menos importante, acudir al médico si en un par de semanas estos síntomas no mejoran o sufren un empeoramiento o retroceso en los síntomas de la demencia.
Antonia García Cuevas / Alzheimer Universal
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