¿Qué son los delirios?
Este artículo lo escribo como psicóloga, pero sobre todo como una nieta que ha vivido el proceso de envejecimiento cerebral patológico de su abuela materna.
Más allá de conocer las manifestaciones clínicas que caracterizan el síndrome demencial, es importante destacar los trastornos del comportamiento asociados con este, pues tienen un impacto enorme en la alteración de la calidad de vida de la persona que sufre demencia y su entorno cuidador.
Lo primero que debemos saber es que no existen fórmulas, recetas ni manuales de cuidado porque cada persona tiene una historia de vida irrepetible. Entonces, desde mi perspectiva la enfermedad es una oportunidad de “retribuir” al ser querido con el mejor cuidado posible, de ahí lo valioso de que existan blogs como éste que es un espacio para compartir experiencias, esto de por sí facilita la catarsis y sobre todo promueve la construcción de redes de apoyo, tan necesarias para poder afrontar de manera adaptativa este irreversible, progresivo y doloroso camino.
Con frecuencia los cuidadores viven un cóctel de emociones al escuchar de su familiar enfermo reproches insistentes como “es que me quiere robar…” y para ello les compartiré mis humildes conocimientos. Para empezar los delirios son una falsa e idiosincrática idea preocupante y fija, es decir que la persona enferma sufre por algo que se escapa a toda lógica aplicable y por ende se puede tornar irritable.
Así pues, el delirio es un síntoma que puede o no manifestarse durante el curso de la enfermedad, de diversas maneras, por ejemplo sentir que se le quiere perjudicar o hacer daño, creer en una suplantación de identidad, pensar que su pareja le es infiel, creer que un extraño vive en su casa, llamar a la policía para denunciar un robo inexistente, etc.; cada persona se enferma con lo que tiene.
Y ahora viene la gran pregunta:
¿Cómo podríamos actuar ante los delirios de una persona con demencia?
Algunas posibles estrategias son:
– Mantener la calma: Recordemos que la persona sufre una enfermedad que le impide controlar sus conductas, no es una cuestión personal.
– No discutir: Por más que se le intente argumentar desde la razón, la persona enferma no va a cambiar de idea porque esa es la realidad que vive.
– Dar seguridad: Sin darle la razón, intentar actuar de tal manera que sienta que se le ayuda. Entrar en la película sin «empelicularse».
– Demostrar afecto: Validar el sufrimiento que genera el delirio “debe ser terrible la sensación de que te quieren hacer daño, pero yo te cuidaré para que eso no suceda”.
– No hacerle bromas ni regañar.
– Distraer su atención: Implicar a la persona en sus actividades significativas.
– Ser empáticos.
Ahora bien, según el caso, también es importante consultar con el psicogeriatra de confianza. Por último, aunque puede ser parte de la sintomatología de las demencias, no hay que subestimar los delirios, sobre todo cuando su aparición es reiterada en determinados contextos, ya que puede existir una posible situación de maltrato; por lo que se recomienda realizar una discreta indagación en su entorno sin culpar a priori.
Si necesitas asesoramiento relacionado con este tema u otros referentes a la atención o cuidado de una persona mayor con demencia, puedes ponerte en contacto con el equipo de psicogerontólog@s de Senior Coach a través de su WhatsApp.
Camila Castellanos
Psicogerontóloga en Centre de Dia Vincles
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