Cuidar en el Alzheimer
En el cuidado de una persona con la enfermedad de Alzheimer o demencia relacionada, la función del cuidador en el desarrollo de las actividades de la vida diaria (AVD) es fundamental e irá aumentando a medida que avanza la enfermedad.
Por eso es importante tener en cuenta los siguientes consejos prácticos que pueden ayudar tanto al cuidador como a la persona enferma, haciéndola partícipe tanto como sea posible de las actividades y permitiendo administrar estas tareas de manera más eficaz y eficiente.
Cuidar de una persona con Alzheimer u otras demencias requiere de mucha paciencia y flexibilidad a la hora de abordar las tareas de la vida diaria. Para reducir la frustración que puede provocar esto, considera los consejos que te ofrecemos a continuación siguiendo las indicaciones de la Mayo Clinic.
1.- Reducir las frustraciones
Es común que con los primeros síntomas de la demencia, el enfermo se frustre y pueda agitarse cuando no puede llevar a cabo tareas que antes de la enfermedad hacía con normalidad y ahora se le han vuelto difíciles sino imposibles. Para aliviar esta frustración y limitar los desafíos te proponemos:
- Programar sabiamente y establecer una rutina diaria para tareas poco atractivas para el enfermo como pueden ser ducharse o acudir a las terapias de estimulación cognitiva ofrecidas por las asociaciones de familiares de enfermos de alzheimer (AFAs) pueden ser más fácil cuando la persona está más alerta y descansada. No obstante, puedes permitir cierta flexibilidad en su ejecución, especialmente en días particularmente complicados.
- No tengas prisa y asimila que con el avance de la enfermedad las tareas diarias pueden necesitar más tiempo para su realización. Es importante que te tomes tu tiempo también para descansar entre tareas.
- Involucra a la persona permitiendo que a pesar de la demencia haga todo lo que le sea posible con la menor ayuda por tu parte. Por ejemplo, puede vestirse sola si le vas dando la ropa por orden o ayudar a poner la mesa siguiendo tus indicaciones.
- Ofrécele opciones para elegir y la posibilidad de que sea ella quien elija qué ropa ponerse por ejemplo, o si prefiere una bebida caliente o fría, incluso permítele que decida por sí misma si quiere salir a dar un paseo o quedarse en casa.
- Las instrucciones han de ser sencillas. Facilita mucho la comunicación con estas personas si les das las instrucciones con frases cortas y precisas, sobre todo en un solo paso.
- Limita al máximo las siestas durante el día, esto minimizará el riesgo de que se revierta el sueño que ha de ser siempre por la noche.
- Evita las distracciones a la hora de las comidas, apagando la televisión también durante las conversaciones para que la persona con demencia pueda estar concentrada con más facilidad.
2.- Ser flexible
Con el avance de la enfermedad, como decíamos antes, la persona con demencia se va volviendo cada vez más dependiente. Para reducir esta frustración es aconsejable mantenerte flexible y adaptar las rutinas y expectativas según vaya siendo necesario y la ocasión lo requiera.
Un ejemplo sería: si al paciente le gusta y quiere usar siempre la misma ropa, considera comprarle algunos atuendos idénticos. De igual manera, si sabes que se resiste a bañarse cada día intenta complacerla haciéndolo con menos frecuencia si no es verdaderamente necesario.
3.- Crea un entorno seguro
Hay que prestar especial atención a las lesiones y caídas. Con el avance de la enfermedad nuestros mayores van perdiendo movilidad y estabilidad en su propio medio por lo que habrá que aumentar las medidas de seguridad.
- Evitar obstáculos para evitar golpes o caídas. Retira las alfombras sueltas, los cables de extensión y cualquier desorden que pueda provocar una fatal caída. También sería conveniente, llegado el momento, instalar pasamanos o barras de apoyo en áreas críticas.
- Poner cerraduras, sobre todo en los lugares que contengan cualquier cosa potencialmente peligrosa, como pueden ser los medicamentos, alcoholes o productos de limpieza tóxicos, utensilios y herramientas que puedan representar un peligro para el enfermo.
- Regula la temperatura del agua, bajando el termostato del calentador evitaremos el riesgo de posibles quemaduras.
- Precaución contra incendios. Asegúrate de mantener fuera de su alcance encendedores o fósforos que pueda manipular el enfermo. También sería conveniente disponer de un extintor de incendios cercano y de fácil acceso, así como la colocación de detectores de humo y de su correcto funcionamiento.
4.- Procura una atención personalizada
A pesar de padecer la misma enfermedad de Alzheimer o cualquier otra demencia, está claro que cada persona experimentará sus síntomas y el avance de manera diferente, por lo que se hará necesaria la adaptación de estos consejos prácticos a las necesidades de tu familiar. Será también imprescindible, además de la paciencia y flexibilidad, el apoyo de familiares, amigos o ayudas domiciliarias que ofrezcan los servicios sociales de tu zona para afrontar los desafíos y reveses que se presentarán sin duda, sin olvidar nunca por supuesto el autocuidado del cuidador.
Hilda Luna dice
Cuando reevalue el entorno para seguridad y comodidad de mi mami, al mismo tiempo me ayudó a hacer mi trabajo con más tranquilidad. Ahora trato de preguntarme de qué puedo mejorar el entorno para ambas y así todas felices.