Un motivo de consulta frecuente es la alteración del sueño en personas con demencia, sobre todo la inversión del ciclo sueño-vigilia “no quiere irse a dormir, no sé qué hacer, me siento sobrecargada”.
El cuidar a una persona que sufre demencia es un proceso de aprendizaje continuo, y por ende es normal y esperable que algunos cuidadores manifiesten sus temores, angustias y preguntas.
Parte de la dificultad de cuidar a una persona que sufre demencia no es solamente que se le olviden las cosas o la perseveración del discurso, ya que pasado un tiempo la familia se puede adaptar a ello, pero los cambios de conducta y comportamiento sí que son un reto enorme para los cuidadores.