29 de junio
Quiso el azar que nos encontráramos un caluroso 29 de junio.
Tú venías de recorrer un largo periplo, yo empezaba a despertar a la vida. Siendo nuestras realidades y vivencias muy distintas, desde el primer momento nos compenetramos y nos entendimos tanto en las largas conversaciones como en los silencios y, de una forma sencilla (que es como creo que se hacen las cosas grandes), empezamos a recorrer el sendero de la vida juntos, sendero que como todos tenía sus tropiezos y que, juntos, fuimos esquivando de la mano para apoyarnos y darnos ánimo.