Envejecer no es sinónimo de encerrarse y esperar que los días pasen pasivamente. Todo lo contrario, mientras la salud lo permita hay que salir y realizar actividades que nos gusten.
No perdamos la alegría de vivir, bromear y disfrutar a diario en lo posible. No hay instante del día que no podamos aprovechar para sentirnos bien. (Sea cual sea la situación).