A pesar de que no exista ningún tipo de pauta/estilo de vida que consiga evitar completamente la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo ante una enfermedad neurodegenerativa, sí que hay patrones que podemos modificar y sobre los que podemos trabajar para fortalecer nuestro cerebro y retrasar dicho deterioro neuronal.
Debemos tener en cuenta que no es lo mismo ir perdiendo la memoria o sufrir de despistes como proceso natural del deterioro biológico propio del ir sumando años de vida, que padecer de una enfermedad como pueda ser el Alzheimer, o cualquier otro tipo de mal que tenga un efecto directo destructivo e irreparable sobre la memoria.